¡SAN FERMÍN!
Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril. Cinco de mayo, seis de junio, siete de julio, ¡SAN FERMÍN!Retumbó El TXUPINAZO; más de dos mil quinientos aficionados a este deporte extremo, desafían a los encastados toros de Jandilla, de la Capea, ymbros, o miureños, que a tropel parten hacia la plaza de toros de PAMPLONA en la mera NAVARRA, dejando a su paso el trepidar de miles de espectadores.El ENCIERRO es un atavismo que tiene su origen en la EDAD MEDIA, cuando trasladaban a los “astados” desde los campos de pastoreo, hasta el gran redondel taurino para ser lidiados. Hoy en día, la carrera se ejecuta con seis TOROS BRAVÍOS, junto con ocho “cabestros” o toros mansos, persiguiendo a los adictos fanáticos, que vestidos de blanco, pañuelo rojo al cuello y henchidos de adrenalina, SE JUEGAN LA VIDA.El recorrido de más de 850 metros, inicia en la apretada calle de Santo Domingo; al llegar a la plaza Ayuntamiento, los toros se mueven con más amplitud; afluyen en la calle Mercaderes; en un corto recorrido, doblan en la peligrosísima curva anterior a la calle de Estafeta; ahí inicia la etapa más prolongada, hasta llegar al estrecho callejón, que a manera de embudo, enfila a las puertas abiertas del mayor COSO de toda Navarra. Todos entran triunfantes, en un “eterno tiempo” de casi cuatro minutos.A pregunta expresa, los pamploneses no saben de la vida de San Fermín, pero eso no es motivo para que no le rindan culto y le retribuyan por las borracheras de los nueve dias que dura este pinche guateque. Caso contrario a mis ufanos vecinos xiqueños, que conocen vida, obra y milagros de la “Santa Patrona Madalena”, que con gran devoción, le rinden culto, los treinta y un días que se alarga la juerga.Amigos, tanto en LOS SANFERMINES del 7 de julio, como en la XIQUEÑADA del próximo 22, es mejor andar sin cuernos que te persigan. Recuerden que el alcohol es la “causa y la solución a todos los problemas”. ¡Salud!Ánimo ingao…!!!Con el respeto de siempre Julio Contreras DíazEl DJ les manda un pasodoble. Se vale soñar.