Al visitar la Basílica de San Marcos, Venecia, quedas impresionado por esta muestra de Arquitectura Bizantina. Antes de cruzar el umbral del portón principal, contemplas el recibimiento que hace la cuadriga de caballos blancos, el famoso relieve del león alado, y los seis ángeles escoltando la colosal estatua de este Santo. Ahí me enteraré que el cuerpo del evangelista, lo llevaron unos navegantes italianos, allá por la segunda década del siglo IX, dejando su cabeza en Alejandría (no es el primero que pierde la cabeza, eso nos sucede muy seguido).
No sabiendo donde guardar tanta información, me conformé con escuchar que San Marcos, no fue discípulo directo de Jesús, que todo el relato que narra en los dieciséis capítulos de su libro, fueron por voz del exaltado Pedro, el mochaorejas de aquella época: “pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja”, —MARCOS 14,47—.
Me explicaron que su evangelio lo inicia hablando del Río Jordán y Juan el Bautista —“la voz que clama en el desierto”—, y que lo único que se escuchaba en esa región, eran los rugidos estentóreos de los leones, naciendo de ahí este simbolismo.
Lo que no me dijeron, porque eso lo vi, fue la ostentosa decoración interior, hecha a base de oro laminado de 24 quilates; las cúpulas de la Ascensión y el arco de La Pasión —que por supuesto no te dejan retratar—, así como los originales caballos de bronce, que alguna vez embellecieron Constantinopla, de donde los venecianos los sustrajeron como botín de guerra y siglos más tarde, Napoleón en una muestra de muy chingón, se los robó para lucirlos en París. Al derrumbamiento del chaparrito, los abatidos franceses, tuvieron que devolverlos, omitiendo la sentencia “ladrón que roba a ladrón, tiene el perdón”.
Amigos, SAN MARCOS se festeja cada 25 de abril. Vaya un cordial saludo a mi amigo Walterio Díaz de León, por el partido de gallos que llevó a su tierra Aguascalientes, estando seguro que va a regresar muy ufano. De paso recuerden: “la memoria es como EL MAL AMIGO, cuando más lo necesitas, MÁS TE FALLA”.
Ánimo ingao….!!!!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz.
