SAVAGE BEATS
SAVAGE BEATS
Por Profr. Juan Simón Méndez Contreras
A la memoria de Jorge Hernández Piña.
A
principios de los años sesenta coincidimos en
la música José Luís y Jorge Piña, Max Ortíz “Ñoñe”, Jesús Jimarez y un
servidor, formando el primer grupo de rock en Coatepec: Savage Beats.
Con
el apoyo de sus padres, don Darío y doña Licha, todas las
noches ensayábamos en la casa de Jorge preparándonos para nuestra primera
tocada en el kínder María Enriqueta.
Posteriormente
cambiaron algunos integrantes hasta quedar la alineación final con Arturo de la
Rosa “Tito” en los teclados, Darío Colorado en la guitarra de acompañamiento y
voz, Jorge Piña en requinto y voces, José Luís Piña en el bajo y voces y Juan
Simón Méndez en la batería.
En ese tiempo, tocábamos
en el primer café cantante en Coatepec, llamado “El Estudiante” (hoy La Vereda)
donde la dueña María Elena “La güera”, organizaba tocadas todos los domingos
por la tarde. Lo que nos permitió consolidarnos y expandir nuestro horizonte
musical, trasladándonos a la Ciudad de México en 1968 para grabar con la
disquera ORFEÓN.
Con el auge del rock
& roll, ORFEÓN comenzó a producir
discos promoviendo a varios grupos, entre ellos a Savage Beats. De esa forma,
en el Volumen 1 salió nuestra primer canción Alfombra mágica, en el
Volumen 2 grabamos Chica de San Francisco y No me puedes dejar, mientras
que para el Volumen 3 grabamos Confesiones de medianoche.
Jorge siempre fue muy eficiente en las relaciones públicas consiguiendo un contrato para tocar en un lugar llamado El León Rojo y posteriormente, hicimos una temporada en el Bar Internacional del Hotel Alameda. Al término del contrato, Tito y yo regresamos a Coatepec, mientras que José Luis y Jorge continuaron tocando con otros músicos en Acapulco, Las Vegas y otras ciudades de Estados Unidos donde finalmente se quedaron a vivir.
Sesión fotográfica de OFFEÓN en Ciudad Universitaria. Ciudad de México 1971
Como un reconocimiento a mi amigo, compañero en el viaje musical y colega en el Magisterio, que con su visión y entusiasmo logramos ascender a niveles más altos de superación.