SE DESTAPA LA CLOACA EN ORFIS
SE DESTAPA LA CLOACA EN ORFIS; LA RENUNCIA DE DELIA EN PUERTA
Por
Edgar Hernández*
Al quedar
al descubierto la corrupción en ORFIS por transas millonarias, su
auditora-titular, Delia González Cobos, es investigada por la Fiscalía General
del estado y podría ir a la cárcel luego de ser despedida.
A la
par, en un afán de librarse del excremento, el líder del Congreso local, Juan
Javier Gómez Cazarín, pone sobre la mesa su renuncia si le comprueban actos de
corrupción de cara a las denuncias de ex alcaldes por moches millonarios
entregados a sus enviados.
Así,
lo que parecía un diferendo o falta de acuerdos entre quien se estaba llevando
la mayor tajada millonaria, si Delia o Cazarín, en las últimas horas se han
sucedido una serie de renuncias.
Han
sido puestos patitas en la calle el director jurídico de ORFIS, Felipe de Jesús
Marín Carreón, “quien palomeaba los actos de corrupción”, el subdirector de
Auditorías a Municipios, Gerardo de la Fuente Rivera “tramitador de moches” y
fue retirado el cuñado de la propia Delia, Luis Leonel Díaz Figueroa,
responsable de las auditorías “a modo”.
Mientras,
del lado del Congreso local, fue relevado de la Comisión de Vigilancia, el
diputado de Morena, Luis Arturo Santiago Martínez, responsable de “moches y limpias”,
dejando al descubierto a los mensajeros de Gómez Cazarín, Enrique Navarro,
Hiram Jerezano y José Manuel Gómez Limón, primo del propio Cazarín.
Por
lo pronto, la Fiscalía General del estado ya le puso el dedo a Delia González
Cobos, mientras la Auditoría Superior de la Federación investiga.
En
tanto, la titular de ORFIS sostiene que nada tiene que ver en el tema de los
moches, incluso rechaza comentar sobre las renuncias en la institución que
encabeza.
Para
Cazarín el cochinero de los “moches” lo tiene nervioso al grado tal que
advirtió “que si algún alcalde le comprueba que pido moches, renuncio” –en realidad es licencia al cargo-.
Sin embargo
guarda silencio cuando el ex alcalde, el perredista Wilbert Luis, de Ixhuatlán del Sureste, lo acusa públicamente que
le entregó 600 mil pesos para limpiar sus cuentas ante el Órgano de
Fiscalización Superior.
Y no acusó recibió cuando la dirigencia estatal del PAN, reconoció
que a ex alcaldes les han ofrecido “limpiar” las cuentas públicas de sus
ayuntamientos, con moches,
para no enfrentar problemas legales.
Hay, incluso una denuncia pública de tres ediles en torno a que allegados
de Gómez Cazarín, que exigieron dinero para que a través de un despacho a modo
pudieran entregar sus cuentas sin problemas.
A todo este escándalo el gobernador Cuitláhuac García ha guardado
silencio.
Sabe que si mete la mano al excremento se encontrará con su primo hermano
Eleazar Guerrero, Subsecretario de Finanzas, que es quien está atrás de la
escalada corrupta de ORFIS. Se encontrará asimismo con su alfil y operador
electoral Juan Javier Gómez Cazarín, quien en menos de cuatro años se ha hecho
multimillonario.
Por lo pronto, los dos pájaros de cuenta –Delia y Cazarín- han dedicado
las últimas horas a tapar con “notas positivas” su cuestionada imagen.
Gacetillazos con notas encomiables buscan maquillar las plastas malolientes que
han dejado tras los legendarios moches que se ventilan, además de ORFIS, en la
mayor parte de las oficinas públicas que licitan.
Previsible que en esta guerra interna de ver quien es más corrupto, lo
más probable es que se vaya Delia y le finquen responsabilidades y que siga
transitando por el camino de la impunidad Gómez Cazarín, el tonto útil.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo