SE FUE
SE FUE
Martín Quitano Martínez
Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el
universo;
y no estoy seguro de lo segundo.
Albert Einstein
La
administración estatal que termina, deja más lejana aún, la esperanza de un
Veracruz mejor, distinto a las condiciones negativas en que se encontraba en el
2018. Ha sido esta gestión, incapaz de superar las prácticas que tanto se dijo
críticamente que dieron origen a las condiciones de abandono que visiblemente
postraron a la entidad, que enmarcaron muestras claras de arbitrariedad,
impunidad, corrupción e incapacidad para un buen gobierno.
Se va
una administración encabezada por un ejecutivo visiblemente incompetente para
establecer un gobierno alternativo, ante lo tantas veces evidenciado como
negativo de los anteriores, a uno diferente que mostrara, más allá de los
discursos, del estribillo y la consigna, la capacidad para ofrecer y concretar
planes y estrategias que lograra la transformación que ofrecieron.
Nada
de lo ofrecido y comprometido ocurrió. Por el contrario, los pendientes se
incrementaron, muchos de los problemas se profundizaron, la lista es muy larga
y conocida por las y los veracruzanos que viven una cotidianeidad que
trasciende la propaganda. Se puede mirar más allá de lo que ofrece el machacón
discurso oficial o los programas sociales, la realidad desnuda la “misión
cumplida” de un ahora ex gobernante orgulloso de su ignorancia, arrogante de su
comportamiento déspota y autoritario.
La
administración que se ha ido, ha mostrado de forma superlativa la pauperización
del ejercicio público, las ofensas a la burocracia, la falta total de una
planeación de sus acciones y responsabilidades, que no fuera la de establecer
las condiciones para contar con los mecanismos de presión y control clientelar
para los procesos electorales. Fuera de ello la nimiedad, la anomia como
referente.
Cuitláhuac
García y su gobierno es buena muestra de la irresponsabilidad, la banalización,
las mentiras y la simulación basados en el estribillo de lo “inédito” de sus
acciones: él como la mala copia de su personaje nacional de referencia que
atravesó los límites de nuestra entidad y fue allá y acá el motivo de la risa y
la mofa, un día sí y otro también.
Lo
peor de la tragicomedia de su ejercicio administrativo es el abandono de
Veracruz, la falta total de empatía para con una sociedad que no fue escuchada,
que o bien fue maltratada o ignorada. El ejercicio de Cuitláhuac será el
ejemplo de lo que no debe ser, representantes políticos y administradores
públicos desvergonzados e insolentes que marcan los derroteros de millones. Los
datos presentados de una gestión opaca, que no soporta una revisión real, con
datos inventados, creados para el autoconsumo y la autocomplacencia de un
gobierno fracasado.
Se ha
ido y ha dejado un estado que dista mucho de la campaña de autoelogios
millonariamente pagada. El nuevo gobierno tiene una vara muy baja que superar
pero grandes retos que enfrentar en todos los órdenes.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Y como el
dinosaurio, cuando despertamos el huachicol seguía ahí. Adulterada el 33% de la
gasolina del país. La realidad vuelve a contradecir a las mentiras.
X: @mquim1962