SE VAN ALITO Y MARLON, LA CIUDADANÍA TIENE LA PALABRA
SE VAN ALITO Y MARLON, LA CIUDADANÍA TIENE LA PALABRA
Por Edgar Hernández*
¡En
Veracruz, Pepe lleva la delantera!
Ajeno
a la estridencia y descalificación por el fin de la era de un PRI agonizante
encabezado por Alejandro Moreno a nivel nacional y Marlon Ramírez en Veracruz,
escenarios alentadores se abren para la alternancia siempre y cuando nuevos
liderazgos sumen el despertar ciudadano.
Son
tiempos de la sociedad civil en donde lo único que falta es un motor aliancista
que empuje la alternancia.
Los
que estuvieron al frente de un PRI, un partido desmantelado y colocado a nivel
del Verde y el PT a punto de desaparecer, ya se van y poco vale la pena
llenarlos de más calificativos y denostaciones bien merecidas.
Mejor
darle la vuelta a la página y ocuparse de lo que realmente importa.
Hoy una
alianza en ciernes reclama liderazgos, gente que encabece los anhelos
ciudadanos y no deje pasar la oportunidad histórica que da el despertar de la
sociedad civil.
No
es necio insistir en que la garra ciudadana mostrada el domingo deja en claro
que aún es tiempo de construir y avalar liderazgos mismos que pueden o no
surgir de los partidos, pero sin duda deberán ser legítimos y dignos para el
cambio que se pretende.
Ayer
coincidían Alfredo Bielma y Agustín Basilio de la Vega en que no es posible
alcanzar el éxito electoral sin acuerdos, propuestas y buenos candidatos.
“La
peor idea que pueden tener las fuerzas opositoras sería imponer a cualquiera de
sus dirigentes como candidato o candidata presidencial o gobiernos estatales
que van a elecciones”, sostuvieron los analistas.
Es
por ello que estamos a tiempos de observar y decidir hacia dónde va la
coalición.
Hacia
donde van algunas dirigencias como la de Dante Delgado, empeñado en guardar
hasta el final su decisión de alianza y el nombre de su abanderado
nacional y estatal en donde han
trascendido los nombres de Luis Donaldo Colosio y Pepe Yunes.
En
donde el PAN se limpia de lastres y observa y decide, si saldrá o no de su
partido el candidato en el entendido que solo ganará con el apoyo del resto de
los partidos en alianza.
Y un
PRI que obligadamente debe iniciar un proceso de reconciliación con los de
casa, alejar a los traidores y pillos; buscar una plataforma que concilie y
regrese a los que se quedaron a la vera del camino tras ser despreciados y
ofendidos; que concite a sus mujeres que, paradójicamente, se conservaron fieles
a la institución hasta el borde de la muerte.
Nunca
fue más atinado el llamado del vapuleado Felipe Calderón el pasado 20 de febrero
al invitar a los partidos políticos a que se reagrupen rumbo al 2024 y definan a
su líder y candidato presidencial, a partir de la participación ciudadana.
“Vamos
a la búsqueda de la resurrección ciudadana”, escribió el ex presidente en el
diario Reforma.
La
que hoy vivimos es una resurrección que en modo alguno recuerda a la Corriente
Crítica del PRI que nació en 1986 encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, un
movimiento que después se convertiría en Corriente Democrática, luego en PRD
para, en el 1988, ganar la Presidencia de México con un Cárdenas que finalmente
sería desconocido por el aparato gubernamental vía fraude.
Pero
no los alejemos tanto.
2024
se abre –más en estos momentos- como la mejor opción ciudadana para que los
partidos políticos capitalicen la irritación ciudadana, para que la lleven a
las urnas e impidan que el imperio conservador –que no liberal como presume
AMLO- arrebate las urnas y nos imponga otros seis años más de lo mismo.
Por
lo pronto no deja de ser interesante que en el caso de Veracruz aspirantes como
Pepe Yunes declare que sí aspira, pero que primero son las propuestas a la
ciudadanía, la plataforma de acción y los compromisos “para luego determinar el
nombre del candidato”.
Hoy
que Julen, el de Orizaba, Juan Manuel Diez y hasta Héctor Yunes se han
autodestapado, conviene la prudencia.
Primero
sumarse, luego decidirse por el mejor, el más honesto, el de la credibilidad,
el que verdaderamente nos garantice el cambio tras una decena trágica de tanto
desmadre y raterías.
La
de hoy habrá de ser una decisión siempre pensando en México, siempre pensando
en Veracruz.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo