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Sembrando Votos

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Sembrando Votos

  • En el estado de Veracruz hay 60,931 “beneficiados”
  • Significa una derrama de $304,655,000.00 pesos al mes
  • Hay que darle una “peinadita” al padrón

Por Miguel Angel Cristiani Gonzalez

Uno de los llamados programas prioritarios del gobierno de la Cuatro T, es el denominado Sembrando Vida, que según las autoridades responsables de llevarlo a cabo, llega en todo el país a 245 mil 550 sembradores y sembradoras -así se llama ahora a los campesinos- que se supone que además de hacer producir sus parcelas las están reforestando.

Acá en el terruño veracruzano, según el padrón oficial, suman ya 60,931 beneficiarios a quienes se les están entregando mensuales cinco mil pesos, lo que significaría una derrama económica de $304,655,000.00 pesos.

Nada más para tener una idea, en el municipio de Perote, que se supone es uno de los que mayor deforestación han sufrido, hasta ahora se tiene ya un padrón de 1,303 beneficiados con sus cinco mil pesos mensuales.

Según las autoridades responsables del programa Sembrando Vida, las comunidades donde se opera son “verdaderos centros de promoción de paz e integración comunitaria, pues el programa va acompañado de un proyecto socioeducativo a través de sus más de 13 mil Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC).”

En la teoría se supone que “Se reconocen los conocimientos ancestrales para fortalecer el tejido social, es la recomposición, es el trabajo comunitario, esa solidaridad que se vive en la propia comunidad, en el ejido o en la pequeña propiedad.  La aportación a la comunidad son sujetos sociales activos y críticos. Partimos de un autodiagnóstico de la propia comunidad, para conocer la realidad que viven”.

Pero sería muy saludable, que las autoridades y comités de contraloría, se dieran una clavadita por el padrón de beneficiarios, porque a simple vista, encontramos que por ejemplo, hay doce beneficiarios con los mismos apellidos pero con diferentes nombres.

Otro detallito más, hay beneficiarios, que no tienen apellido, o sea que aparecen como Pablo, Manuel, José y ese se supone que es su nombre ¡aunque usted no lo crea!! Ni nosotros tampoco.

Hay que aclarar que esos no son los nombres que aparecen en el padrón de beneficiarios, porque como dirían en las series televisivas policiacas, los nombres han sido cambiado para evitar identificar a los protagonistas.

Porque además, “en apego a la legislación aplicable en materia de protección de datos personales, así como de los derechos de los menores y adolescentes sus nombres no podrán divulgarse”.

Además, si esos más de 60 mil beneficiarios nada más del programa Sembrando Vida -que ya también el pueblo sabido ha rebautizado como Sembrando Votos- están sembrando cuando menos sus 2.5 hectáreas, quiere decir que ya deben de estar sembradas para su reforestación más de 150 mil hectáreas en el terruño veracruzano.

Para seguir con el ejemplo del municipio de Perote en donde se supone y asegura que ya hay 1,303 beneficiarios, pues también deben de haber 3,257.5 hectáreas sembradas.

Hay que recordar que en la última visita del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador se le llevó precisamente a un vivero de arbolitos en el municipio de Perote.

Y es que también hay que checar si se está contabilizando los arbolitos que siembra el ejército, que al parecer son los únicos que si lo hacen bien, porque los de los beneficiarios de sembrando vida no se ven por ningún lado.

Habría que empezar por confirmar que los beneficiarios a los que se están entregando esos cinco mil pesos mensuales están cumpliendo con los requisitos mínimos del programa: ser sujetos agrarios, mayores de edad, que habiten en localidades rurales, con ingreso inferior a la línea de bienestar rural, propietarios o poseedores de 2.5 hectáreas disponibles para ser trabajada en un proyecto agroforestal.

Así las cosas, para empezar a cumplir el deseo del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, hay que comenzar a barrer parejo, no desde arriba ni del pasado, sino en los llamados programas sociales de Bienestar, del presente, que a simple vista se pueden detectar posibles actos de corrupción.