SERGIO, EL LOCO
SERGIO, EL LOCO
Salvador Muñoz
Los Políticos
A los de Orizaba nos
decían chayoteros; a los de Río Blanco, bolcheviques; a los de Nogales, los
naguales; y a los de Santa Rosa, los locos…
Hasta cierto punto,
cada referencia tenía su lógica… el chayote en Orizaba; la revolución obrera en
Río Blanco; el juego fonético de Nogales con naguales… pero la lógica se rompe
con Santa Rosa: ¿los locos?
Las fábricas
textiles de esa zona dieron razón a tal mote para los vecinos de la hoy Ciudad
Mendoza… me cuenta en alguna ocasión el maestro y cuasi paisano Bernardo García
Díaz, que era tanto el ruido en las fábricas que era imposible comunicarse
hablando, por lo que los obreros, entre el ingenio y la necesidad, se vieron
motivados a emplear un lenguaje con base en señas… Así, entre el ruido de las
máquinas, las manos y los dedos se movían para “platicar”, avisar, mantener al
tanto al compañero…
Lo curioso de esta
forma de comunicarse, es que trasciende las fábricas y las llevan a las
cantinas, a las fondas, a la calle y quien no sabía de qué trataba, sólo veía a
gente moviendo manos y dedos al frente y por el cuerpo; lo mismo ocurrió con
sus vecinos conurbados que al verlos así, sólo atinaron a decir una cosa: están
locos.
El tiempo y las
circunstancias dejaron en el olvido esos motes que afortunadamente el maestro
Bernardo García mantiene vivos en su memoria, a instancias de que un día se
decida y lo cuente mucho mejor de lo que yo lo hice… y además, porque es un
Loco de Ciudad Mendoza…
Bueno, no es el
único Loco… También está Sergio Rodríguez Cortés, el procurador mendocino del
Medio Ambiente, que cuando ocupó el cargo, a quien le dijeron Loco, fue al
Gobernador por tal decisión ¡y zaz! Los locos fueron otros.
Tenía rato que no se
veía a un funcionario del ramo tan metido en su chamba que sinceramente no se
recuerda a administración estatal anterior que haya puesto empeño, trabajo y
atención a eso, al Medio Ambiente.
Un ejemplo inmediato
es la Laguna Lagartos, del puerto jarocho, por ser tema en la comparecencia reciente
de Sedema, aunque este cuerpo de agua no es el único en el que la PMA inició un
programa de limpieza y rescate, sino en otros municipios del estado, como en
las lagunas San Julián, Tarimoya y Las Conchas del mismo el puerto de Veracruz,
así como la limpieza del corredor acuático en la laguna Río Viejo en Otatitlán;
el rescate de los lagos del Dique en Xalapa; la rehabilitación del Sistema
Laguna San Bartolo en Carlos A. Carrillo; el rescate del Río Chiquito en
Tlacotalpan; la rehabilitación de la laguna Los Miradores en Emiliano Zapata,
así como el rescate y rehabilitación del Río Camarón en Cosamaloapan.
Sí, Sergio Rodríguez
parece loco porque sinceramente, no se recuerda tal cantidad de trabajo en un
área que muchas de las veces, parecía de membrete.
Y se podría hablar
hasta del Plan Estatal de Residuos Urbanos y de Manejo Especial, así como de la
remediación y control de lixiviados que se hizo en el tiradero del puerto
jarocho así como de otros municipios como Tempoal, Castillo de Teayo,
Tihuatlán, Oluta, entre otros.
O de la construcción
de centros de transferencia de residuos de Martínez de la Torre, Córdoba, Juan
Rodríguez Clara, Ángel R. Cabada, Tuxpan y Papantla…
Aunque si hay algo
que pueda decirse es lo más loco que hizo Sergio Rodríguez Cortés, es
revolucionar el Acuario de Veracruz… Tanto, que los Pingüinos del recién
inaugurado Acuario Michin, en la Ciudad de México ¡son jarochos! (al menos no
mendocinos!).
Hay que agregar que
entre las más de 40 obras que se hicieron este año por parte de la PMA, está la
construcción de un lobario en el Aquarium, así como la rehabilitación integral
del Instituto Veracruzano del Deporte, edificio que alberga las instalaciones
principales de la Procuraduría.
Sí, Bernardo García
Díaz, autor de “Un pueblo fabril del porfiriato, Santa Rosa, Veracruz”, dice
que los vecinos conurbados les decían locos… a Cuitláhuac le dijeron loco
cuando pusieron al mendocino en la Procuraduría del Medio Ambiente… (aunque hay
otros cabrones que le dicen “Loca”) y sí, Sergio Rodríguez Cortés no deja
de ser un loco… porque al final de cuentas, ¿a quiénes llaman locos? A los que
hacen cosas que los otros son incapaz de hacer y mucho menos comprender…