SERÍA MÉXICO EL ÚNICO DE LA OCDE EN ELEGIR JUECES
SERÍA MÉXICO EL ÚNICO DE LA OCDE EN ELEGIR JUECES
Víctor
Fuentes
Agencia
Reforma
Ciudad
de México 12 junio 2024.- México se encamina a convertirse en el único de los
38 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) que elegirá a sus jueces constitucionales por voto popular.
Lo anterior, si es aprobada la iniciativa que
el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso el pasado 5 de
febrero, por la cual los nueve Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), así como más de mil 650 jueces y magistrados federales, serían
electos en las urnas.
Todos estos juzgadores están facultados para
pronunciarse sobre la constitucionalidad de leyes y actos de autoridad, aunque
la última palabra es de la Corte.
Ninguno de los otros 37 países de la OCDE
somete este tipo de nombramientos a voto popular, sino que aplican diversos
métodos de selección que involucran a los tres Poderes y, en ocasiones, a comités
independientes.
Usualmente, los jueces de Cortes Supremas o
Constitucionales son nombrados por el Ejecutivo y confirmados por el Congreso o
alguna de sus cámaras, en algunos casos, previas recomendaciones del propio
Poder Judicial, de acuerdo con una revisión.
Para jueces inferiores a las Cortes Supremas,
prevalecen designaciones internas de los Consejos de la Judicatura u otros
cuerpos judiciales, con la excepción notable de Estados Unidos, donde todos los
jueces federales son designados por el Ejecutivo y confirmados por el Senado.
Japón es el único miembro de la OCDE que
permite algún tipo de participación popular, pero no para el nombramiento
original, sino para una ratificación.
Los quince miembros de la Corte Suprema nipona
tienen que aparecer en la boleta de la elección general siguiente a su
nombramiento. Pero en 25 ocasiones previas, ni un solo juez perdió su cargo por
repudio popular, incluidos once que fueron confirmados en 2021.
En Estados Unidos aún existen elecciones para
jueces, pero a nivel de Cortes estatales o locales, y solo en algunas
entidades. Ciertos países de la OCDE, como Hungría y Polonia, han sido
criticados por injerencia política en el nombramiento y control de los
tribunales.
En México, los ministros de la Corte fueron
designados solo por el Congreso entre 1917 y 1928, cuando la facultad de
nombramiento pasó al Ejecutivo, con ratificación del Senado.
Los jueces y magistrados, en tanto, fueron
nombrados directamente por la Corte de 1917 a 1994, cuando se creó el Consejo
de la Judicatura Federal (CJF).
Desde entonces, estos juzgadores han sido
designados mediante concurso de oposición organizados por el CJF, casi siempre
exclusivos para personal del propio Poder Judicial.
La reforma constitucional de López Obrador
eliminaría el CJF para dividirlo en dos: un nuevo Tribunal de Disciplina
Judicial (TJD), integrado por cinco magistrados también electos por voto
popular, y un «órgano de administración judicial», que mantendría las
funciones del CJF, salvo las disciplinarias, con un integrante designado por el
Ejecutivo, uno por el Senado y tres por la Corte.