Siete razones para beber vino
Por Ramón Durón Ruíz
«La vida es un examen en el que cuando creemos tener las respuestas, cambian las preguntas, además mucha gente reprueba, porque trata de copiar las respuestas de otros, no se dan cuenta que cada quien tiene preguntas diferentes”
Cuando eres tú mismo, cuando gozas de tu autenticidad, encuentras las respuestas a las dudas existenciales, surge un poder universal que rebasa las fronteras y te lleva a ser la causa de lo que piensas y crees, a ser cocreador de tu destino.
Cuando eres tú mismo, no vives desde la respuesta sino desde las preguntas: ¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Qué?, ¿Quién? ¿Por qué?, entonces accesas a tu natural crecimiento físico y abres la puerta a tu evolución espiritual.
La vida es hermosa, aprender a vivirla siendo tú mismo crea una sincronía con el universo, que te enseña a comprender que no eres más, tampoco menos que nadie, simplemente eres tú mismo, un ser que disfruta tu espacio, EL AQUÍ Y EL AHORA en el mundo.
Cuando eres tú mismo, eres agradecido con DIOS, no buscas la perfección, encuentras la alegría dentro de ti, vives tu vida a plenitud, sin mediocridades, gozando cada instante de tu vida, de tal manera que cuando te despiertas, hasta el mismo Lucifer se estremezca y diga: ¡en la madre éste ‘abrón ya se levantó!
Ser tú mismo, te lleva a viajar con los ojos del alma abiertos; a justipreciar tus éxitos y virtudes; a siempre aprender de los tropiezos, –es el camino del aprendizaje–; a transitar satisfecho, viviendo con plenitud tu vida, alejándote de la mediocridad e impulsándote a la grandeza.
Ser tú mismo, te recuerda que has sido creado por un ente Divino y perfecto, por lo tanto eres proyección del Señor; Ser tú mismo, te invita a reconciliarte con el pasado, te enseña a amar a la persona que cada mañana ves en el espejo, –tú mismo– te enseña a derrochar sueños e ir tras ellos.
Ser tú mismo, te conecta con tu Divinidad, entonces la magia de la vida juega a tu favor, trayendo a ti la luz y armonía que sanará todos los espacios de tu vida; te conectan armónicamente con paisaje-espacio-tiempo.
Ser tú mismo, te ayuda a descubrir el placer de lo elemental, a vibrar con la energía del amor, que entre más das, más te llega, más llena tu cuerpo, tu mente, alma y corazón, más te sana a ti mismo, porque no existe en el universo medicina mejor, que la frecuencia altísima de la luz y del amor.
Solamente el ser que está reconciliado amorosamente consigo mismo, es feliz constantemente y tiende la mano para acercarse al corazón de otro ser, entonces mueve el mágico poder de la vida, que permite vivir la satisfacción de cada instante.
Cuando te DAS PERMISO DE ser tú mismo, no viajes por el camino de la vida en busca de aprobación, tampoco imites a nadie, –porque serás una copia–, simplemente concéntrate en ser tú mismo, en disfrutar, gozar y regocijarte en tus dóndes de vida; en gozar tu unicidad, que eleva tu autoestima, te hace feliz y potencializa tus dóndes.
Ser tú mismo, te lleva a trabajar en tu crecimiento físico y evolución espiritual, te conecta con la fuente primaria de la vida, con tu naturaleza primaria, te conecta a la intimidad de tu ser… te conecta con DIOS.
Hay gente que se marchita en chismes, críticas o insatisfacciones absurdas, porque olvidan de conectarse con su Maestro Divino, de ser ellos mismos, sobreviven en un futuro pleno de problemas imaginarios, en vez de disfrutar de un presente concreto, viven amargados por lo que no tienen o no pueden ser.
Cuando eres tú mismo, te aceptas tal como eres, te reconoces como un ser único, sabiendo que tienes una misión que nadie puede cumplir por ti, floreces a plenitud, entonces reconoces que “nadie es más que nadie, sólo que unos hacen su tarea con más amor, pasión y mejor otros”
Para el viejo Filósofo, el buen sentido del humor y su fiel compañera la risa, me hacen ser yo mismo, son mi santo y seña frente a la vida, son la respuesta adecuada al pesimismo, son un excelente masaje para la mente-cuerpo-alma, y llegan de la mano de la saludable alegría.
El buen sentido del humor, es mucho más que un simple chiste, es un camino espiritual, que me provee de una visión más rica, diferente de la vida, me hace ser yo mismo.
Cuando te conectas con el buen sentido del humor, llega la sana alegría, te llenas de bendiciones; cuando ríes envías el mensaje a tu cerebro de que todo está bien, entonces no tienes tiempo para pensar en dolores, ni en problemas, sólo ríes, y en la lógica de la vida “no se puede reír y estar triste al mismo tiempo”
El buen sentido del humor te vincula a tu Maestro Divino, trae resultados que sorprenden tu vida. A propósito parafraseando un sabio proverbio italiano, el Filósofo afirma: “Existen siete razones para beber vino:
1.- El nacimiento de un nieto; 2.- La graduación de un hijo; 3.- El triunfo de mi equipo favorito; 4.-Estar enamorado; 5.- Ser feliz; 6.- Mi cumpleaños; y 7.- Ya se me olvido… ¡SALUD!”