“¡Síganme los buenos!”, llaman al panismo los pillos Tito, Indira y Pepe Mancha
En la total desesperación se
mueve el grupo Yunes Linares -Indira Rosales, Tito Delfín y Pepe Mancha- que van
en pos del arrebato de la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional en la
entidad.
Acusan la paja en el ojo
ajeno sin ver la viga en el propio.
A días de definirse el
liderazgo de ese partido rumbo al 2024, la senadora con licencia, Indira
Rosales Sanromán aun no acaba de aclarar cuentas pendientes ante ORFIS.
Mientras Tito Delfín, quien se
llevó hasta las cucarachas de las oficinas municipales cuando fue alcalde de
Tierra Blanca, hoy esconde sus pillerías apelando al olvido pagando cuotas de
impunidad.
Y Pepe Mancha, transita como
un cínico abusivo del poder al fustigar al partido que dirigió permitiendo en
su momento que su esposa y su mamá se llevaran el presupuesto por la vía de
empresas “fantasma”.
Hoy este triunvirato,
cilindreado por el exgobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien en
cualquier momento le cae la voladora, clama honestidad, lealtad y la revisión
de cuentas al instituto político que atropellaron y saquearon.
Argumentan en profusas
declaraciones de prensa que en la pasada elección se perdieron más de 500 mil
votos olvidando que en el 2018 la gubernamental se la llevó Cuitláhuac García a
pesar de que el yunismo juntó más de 1.5 millones de votos -comprados y no
comprados- a favor del hijo del gobernador.
Como que la lógica no
funciona sobre todo cuando se trata del manejo de cifras de resultados o de
armas para atacar al enemigo.
Y es que esta terna de
aspiracionistas -Tito, Indira y Mancha- en estos días se ha dado a la tarea de
balconear a su propio partido y dirigencia al pretender demostrar que en la
pasada elección municipal y para la renovación del Congreso estatal, se perdió
todo, o prácticamente todo.
De manera particular señalan
el desastre del 6 de junio donde se perdieron 47 alcaldías, pero no se recuerda
que en el 2013 sucedió lo mismo con la derrota en 43 municipios y la
gubernatura en el 2010.
Con índice flamígero
denuncian que su partido está entregado a Morena -sin presentar pruebas-
volteando para el otro lado cuando le recuerdan a la senadora Indira Rosales,
que pidió licencia para que la suplente, Fabiola Vázquez, hija del cacique y
asesino de horca y cuchillo Cirilo Vázquez Lagunes, entrara al relevo para
migrar a Morena.
O que el alcalde de
Cosamaloapan, Raúl Hermida Soto, del grupo Yunes, destapara en días pasados al secretario
de Gobierno, Eric Cisneros, para la gubernatura.
¿Eso es ser cómplice de
Morena?
El punto es que, aun cuando
estuviéramos de acuerdo con Indira, Tito y Mancha, su pasado los mata ya que en
ellos bien aplica aquello de que para tener la boca grande hay que tener la
cola chica.
De entrada, los tres responden a Yunes Linares.
Por tanto, no se sabe que
sea peor o mejor para la causa panista, ya que el ex priista busca de nuevo
apoderarse del PAN para su beneficio personal y familiar.
Es decir, para buscar fuero
o margen de negociación entregando el PAN a Morena para evitar ir a la cárcel.
Habría asimismo que revisar quien es más tramposo o
transa, si a quien acusan de reeleccionista o al reeleccionista embozado
(Yunes) que opera a través de esa trinca.
En
anterior entrega dábamos cuenta que Tito esconde un pasado ominoso plagado de
presuntas raterías ya que entre sus pendientes debe responder por los más de 40
millones que se gastó cuando fue alcalde de Tierra Blanca en una planta de
tratamiento de aguas residuales “que no existe; solo hay 4 fosas (4 hoyos) sin
ningún tipo de equipamiento”.
De
Indira Rosales también se cuentan historias inconclusas.
El
29 de septiembre de 2019 Sedesol-Veracruz presenta
una denuncia contra la extitular de la misma, Indira Rosales, ante la Fiscalía
General del estado por presunto daño patrimonial de 4.7 millones de pesos
Pendientes además durante su gestión, del pago de 19
millones de pesos por telefonía celular que no salió de su partida presupuestal
y contratos asignados sin licitación por más de 45 millones de pesos en el
2017.
¨Dentro
del probable desfalco del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares de 927
millones de pesos, parte importante de esta complicidad tiene que ver con la
senadora Indira Rosales San Román¨, sostuvo el entonces diputado federal por
Papantla, Jaime Pérez Bernabé.
El
peor de esta banda es, sin embargo, Pepe Mancha.
A
la cabeza del partido en el poder hizo y deshizo con el dinero público a través
del tráfico de influencias.
Recibió
prebendas familiares en materia de obra pública de parte del entonces titular
de SIOP, Julen Rementería, por cantidades superiores a los 60 millones operados
familiarmente a través de empresas fantasma.
Y
en materia de convenios y en alianza familiar con su primo hermano Juan Antonio
Aguilar Mancha, provocó un escándalo nacional al
salir a la luz hace 13 meses, que cinco empresas familiares obtuvieron
contratos millonarios en la Legislatura y el gobierno local.
En el Orfis, en la Contraloría y en la
Fiscalía hay denuncias por hechos que involucran a su esposa a quien hizo
diputada, Monserrat Ortega, y a su finada madre Cristina Sergia Alarcón, por
ser socias en cuestionadas empresas.
El caso fue tan grave que llegó al
Congreso de la Unión desde donde se exigió a la Auditoría Superior de la
Federación que investigara los contratos otorgados a las empresas Izal
Inmobiliaria, S.A. de C.V. y Biodiversidad del Golfo, S.A. de C.V., al igual
que a las empresas Multiservicios El Elemento, S.A. de C.V., e Innovadora en Medios,
S.A. de C.V. y Multimedios Periodísticos, S.A. de C.V.
Ese
es Pepe Mancha, el ladrón que grita ¡Al ladrón, al ladrón!
Así
pues, la gentil dama y estas finísimas personas son las que quieren el control
del PAN para entregarlo de rodillas a Yunes.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo