SIN PIES NI CABEZA

Héctor Larios Proa

Expiró la esperanza mexicana de acudir al mundial femenil de futbol y JO. Fracaso consumado justo cuando la FMF dio el mayor apoyo a un seleccionado femenino en la historia, canchas de entrenamiento de primer nivel, gimnasios, un staff multidisciplinario, giras de preparación y una liga mexicana que crece poco a poco. Además, jugar en casa, no fueron factores suficientes para llevarse un boleto de los cuatro posibles o la repesca en una competencia de 8 equipos.

Tres partidos perdidos, cero goles, dos expulsiones y una actuación para el olvido no es digna del futbol femenil mexicano, la representación careció de voluntad y espíritu de lucha, característica de nuestras futbolistas a lo largo de la historia. Desde la “peque” Rubio, Alicia “Pelé” Vargas, pasando por Paty Pérez, Fátima Leyva, Iris Mora, Maribel Domínguez y compañía que dejaban el alma en cada encuentro. Perdían, ganaban, pero siempre mostraban ese espíritu indomable de las mexicanas, ese es su gran legado, ellas y sus compañeras continuaron lo sembrado por la generación de los años setentas y abrieron nuevos horizontes con sacrificios y buen futbol.

¿Qué sucedió? A la distancia no sabemos el día a día del seleccionado. Lo que sí podemos apuntar es que Jamaica y Haití van en ascenso, con mucho menos presupuesto e infraestructura, pero están mejor dirigidas. Durante los juegos contra México, vencieron los duelos mano a mano, con velocidad y potencia ganaron las espaldas de las defensas. Los entrenadores hicieron la tarea, coparon el medio campo, ganaron los balones divididos y rebotes para desdoblar al frente como manda el librito.

Como se entrena, se juega

La estrategia de las caribeñas funcionó a la perfección ante el desacierto de las aztecas que no encontraron solución.

La diferencia fue que haitianas y jamaiquinas hicieron la tarea, sabían a qué jugaban, seguramente practicaron horas y horas la recuperación para sorprender a la contra. Las mexicanas, ¿cuánto tiempo habrán practicado anular los contragolpes? Ninguna seguramente, como tampoco la posesión del esférico, se mostraron sin intención ofensiva. Se la jugaron a la individual. Les faltó juego colectivo en defensa y ataque, actualmente ya no es posible dejar todo a la improvisación y a un esquema táctico mecánico sin variantes, con la misma formación salió en los tres partidos.

No encontró su once ideal, realizó 5 cambios en la alineación inicial del primero al segundo juego y cinco diferentes en el partido contra EUA, fue el equipo con más pases fallados, la mayoría en medio campo, para un total desastre.

Las jóvenes sin duda tienen condiciones futbolísticas, les falta trabajo de calidad técnica, además de aspectos físicos para que puedan competir y tácticos para el manejo del partido.

Estar en la zona con canadienses y estadounidenses que saben jugar futbol y competir, requiere de mucho más.

Su entrenadora no les ayudó, tuvo que hacer mucho más para calificar, el equipo se murió de nada. Mucho qué hacer porque a nuestras jugadoras no les alcanzó en un nivel de mayor competitividad, como tampoco sucedió en el varonil sub 20.

Sí la Federación no toma cartas en este tipo de aspectos, la caída no se detendrá. Urgente aprender las lecciones. Porque no se puede tener resultados diferentes haciendo las mismas cosas. Dentro y fuera de la cancha destacó la ausencia de liderazgo. Las selecciones nacionales están sin pies, ni cabeza.