Sin piloto: Solo macanas
Pedro Peñaloza
“En la desgracia conviene tomar algún camino atrevido”.
Seneca.
1. ¿Quién dirige al país? Los constantes bandazos y las inconsistencias conceptuales y prácticas del titular del Ejecutivo Federal, confirma lo evidente: el gobierno peñista no tiene la capacidad, producto de su inexperiencia, para encarar la crisis múltiple que atraviesa a México. Y no se ve ninguna señal de que se corrija la conducción errática, lejos de ello, se observan signos inequívocos de desesperación y de ceguera política.
2. ¿Dónde están los juristas del Gobierno? Ahora resulta, que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), justificó él envió de los 11 detenidos tras las manifestaciones del 20 de noviembre en el Zócalo capitalino a penales federales con base en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, pese a que ninguno de los tres delitos que se les imputó (motín, tentativa de homicidio y asociación delictuosa) están contenidos en esa norma especial. Es decir, todo indica que el objetivo ordenado era intimidar a como diera lugar, no importando el basamento jurídico. ¿Y el invocado Estado de derecho? ¡Pamplinas!
3. Un decálogo hecho en las rodillas. Si algo muestra con claridad la crisis del grupo gobernante, lo es, las diez propuestas que, con bombo y platillo, anuncio el inquilino de Los Pinos. En efecto, si nos atenemos al contenido sustancial que caracteriza la propuesta general del joven imberbe, aparece un hilo conductor que devela la verdadera concepción que subyace en el priismo gobernante, a saber, hacer creer que es en las coordenadas policiacas donde se localiza el epicentro de la crisis del país. No puede ser más claro el planteamiento. La creación del «mando único policial», como «antídoto» a la infiltración del crimen organizado, es una simpleza que dibuja de cuerpo entero el anémico análisis que se hace para encarar un fenómeno polisémico y transdisciplinario.
El asalto a los municipios. Dice la iniciativa peñista: «cuando el fiscal general de la República advierta indicios suficientes para considerar que hay una infiltración del crimen organizado en la administración o ejecución de servicios públicos municipales, lo comunicará al secretario de Gobernación, para que, de considerarlo procedente, en forma conjunta, solicite la aprobación de la Cámara de Senadores del Congreso para que la federación asuma temporalmente, en forma total o parcial, las funciones del municipio en los términos que disponga la ley reglamentaria». Esto se llama, utilizar el poder central para golpear a quien se juzgue políticamente conveniente. Y una pregunta provocadora y llena de mala fe: ¿y si en el gobierno federal o en un gobierno estatal, se detectan «indicios suficientes para considerar que hay infiltración del crimen organizado», quién se hará cargo de las funciones de dichos niveles de Gobierno? ¿O qué, en estas instancias son pulcros y extraterrestres sus integrantes? Maniqueísmo burdo convertido en iniciativa presidencial.
4. Desaseo y negligencia. Por si algo faltara en éste vacío de poder, el gobierno no ha cumplido con su obligación de proveer de información a la CEDAW, instancia de la ONU, quien le solicitó, desde julio de 2012, «un registro oficial sobre desaparición forzada»; así mismo, se solicitó un reporte respecto a «la revisión de los códigos penales locales para tipificar la desaparición forzada». Desde julio del presente año se esperaban dichos reportes. Hasta la fecha, sólo hay silencio. ¿Qué pasa? No hay dirección, coordinación y visión de Estado. ¿Qué sigue? ¿Únicamente las macanas? ¡Mucho cuidado!
pedropenaloza@yahoo.com Twitter: @pedro_penaloz