Sofía Martínez Huerta, deja el Poder Judicial
Sofía Martínez Huerta, deja el Poder Judicial
Lo que faltaba.
En medio de la peor crisis del
gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, en donde a la mujer barbuda se le cayó
la barba y los enanos le crecieron, los poderes legislativo y judicial se
disputan –a golpes- los espacios de poder y dinero.
No bastó la pandemia por
Covid-19, ni la bancarrota económica, o la inseguridad pública, los
feminicidios, el nepotismo, el devolver año con año a la federación el dinero
público y salirse de control la corrupción en las oficinas de gobierno.
No bastó que Cuitláhuac García
esté colocado –al corte de julio- en el penúltimo lugar de aceptación ciudadana,
en el lugar 31 de los 32 peores gobernadores, sino que además se suma el resquebrajamiento
de los poderes en donde sus representantes, los distinguidos y preparados
morenazos, no muestran más que una desmedida ambición por el dinero.
En el fondo la controversia
del Tribunal Superior de Justicia para que sus miembros se mantengan como
magistrados por cinco años más, luego de haber cumplido 70 años, misma que
pretende echar abajo el Poder Legislativo, se debe a que la titular del Poder
Judicial está por llegar a las siete décadas de vida.
Por tanto, de manera
obligatoria tendrá que abandonar el cargo al que llegó en triple salto mortal
por su parentesco con el Superdelegado Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
La venerable Sofía cumple 70
años y…. ¡¡¡ Adiós mi gabán viejo,
quién se lo cobijará !!!

En realidad la magistrada está
pagando lo mismo que hizo para llegar a la presidencia del Tribunal Superior de
Justicia y el Consejo de la Judicatura.
La confrontación de ayer -si tratamos de ponerle nombre y apellidos- es
entre el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros y su marioneta Juan Javier Gómez
Cazarín, contra la magistrada presidenta del TSJ, Sofía Martínez Huerta.
Se origina en la disputa por
las magistraturas que en breve estarán vacantes sea por cumplir sus periodos de
una década o por jubilación al cumplir 70 años, tal como lo establece la ley
del Poder Judicial.
En el fondo, sin embargo, se
pretende adelantarle el funeral a Sofía arrebatándole de entrada el Consejo de
la Judicatura que está plagada de sus parientes –la propia amasia de su hijo
Guillermo Benjamín es la que encabeza la lista- y una bola de aviadores que
cobran desorbitantes emolumentos.
La magistrada se cobija y defiende
reclamando injerencia. Acusa intervencionismo de Congreso del estado y del
estado de violencia suscitado ayer en el Palacio de la Justicia.
Todo un escándalo en donde
habría que insistir que lleva la finalidad perversa de reventarla el año
próximo a Sofía cuando cumpla 70 años.
Ello a pesar de que la
presunta perjudicada hará lo imposible por seguir al frente de una institución
que desconoce ya que llegó al máximo poder judicial en menos de cuatro meses
luego de ser una oscura abogada.
Recordemos que la venerable
doña Sofía carga con un ominoso pasado y ha sido señalada por guardar una estrecha
relación con el leguleyo Dionisio Gutiérrez.
Gutiérrez es un abogado de
Poza Rica, quien la introduce y promueve dentro de la estructura de Morena. Es
su padrino político que ya mismo, en los hechos, influye de manera determinante
en los trabajos del Poder Judicial.
Recordemos además que el mismo
día en que fue designada como Presidente magistrada, el pasado 2 de diciembre, su
par Yolanda Cecilia Castañeda, le espetó en su propia cara que “Aprovecho la oportunidad para decirle que Veracruz
siempre estará dominada por el dedazo, aquí no importan los méritos”.
En
el pleno de la judicatura acusó: “La nombraron hace tres semanas por
dedazo, y por dedazo llega a la presidencia del Tribunal. Yo no le reconozco
ningún mérito, más que el de haber encontrado una persona que es su asesor y
que la ha llevado por este éxito”.
Y la remató con un
fulminante: “Cualquier tarugo llega a
magistrado, pero ahora hay que agregarle que cualquier tarugo o taruga llega a
la presidencia del Tribunal, esto fue una puñalada a los veracruzanos, el Poder
Judicial se está hundiendo y se va hundir más, lo van a ver ustedes”,
dijo.
En
efecto, el nivel de flotación en el Poder Judicial se perdió. Bastaron 7
meses con 16 días para que el barco de Cuitláhuac hiciera agua.
Tiempo al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo