SOLO 3 DE CADA 10 DIABÉTICOS TIENE ADECUADO CONTROL DE LA ENFERMEDAD
SOLO 3 DE CADA 10 DIABÉTICOS TIENE ADECUADO CONTROL DE LA ENFERMEDAD
· Es necesario
universalizar en el sector salud la prueba diagnóstica de hemoglobina
glicosilada, examen en sangre para la diabetes tipo 2 y prediabetes
· El 14 de noviembre
se conmemora el día mundial de este padecimiento que no respeta género, edad ni
estatus social
La diabetes mellitus es una
enfermedad multisistémica que afecta a la población mundial con una alta
prevalencia. Tan solo en América del norte –donde se ubica México– y el Caribe
se habla de 51 millones. Prácticamente 537 millones en el planeta viven con
diabetes y para 2045 se proyecta que la cifra alcanzará 783 millones; es decir,
existe un ritmo de crecimiento considerable.
Sergio Alberto
Mendoza Álvarez, académico de la División de Estudios de Posgrado de la
Facultad de Medicina de la UNAM, asegura lo anterior y añade: se trata de un
mal crónico cuyos elevados niveles de glucosa en sangre –asociado a la
deficiencia de insulina– atacan el corazón, riñones, retina, nervios
periféricos y prácticamente a toda la economía del organismo. No respeta
género, edad, ni estatus social, además de que numerosas personas la padecen
sin saberlo.
Con motivo del Día
Mundial de la Diabetes, que se conmemora el 14 de noviembre, el médico
internista señala: según datos de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) 2022,
la prevalencia diagnosticada en México fue de 12.6 por ciento, mientras que los
no detectados clínicamente fueron 5.8 por ciento, es decir, 18.4 por ciento de
la población mayor de 20 años la presenta.
Esas cifras no solo
deberían preocuparnos, también la prediabetes que, de acuerdo con datos de la
Ensanut, corresponde a 22 por ciento de individuos en esa condición y que están
a punto de ser diabéticos, además bajo porcentaje de pacientes con un adecuado
control de glucosa, alerta en entrevista.
Los pacientes
diabéticos presentan elevada morbimortalidad (número de muertes ocasionadas por
una enfermedad) en relación, fundamentalmente, con las complicaciones crónicas,
tanto microvasculares (retinopatía, nefropatía, neuropatía), como
macrovasculares (cardiopatía isquémica, enfermedad vascular periférica y
enfermedad cerebrovascular).
La influencia del
mundo occidental en relación con la alimentación, ha provocado cambios en los
hábitos alimenticios de la población mexicana. Además, la mercadotecnia y el
impacto comercial que vivimos en redes sociales, televisión y los medios
audiovisuales en general, nos llevan al consumo de alimentos con bajo nivel
nutricional y altos índices glucémicos, como las papas fritas, refrescos, pan,
pastas y harinas, entre otros, que generan sobrepeso y obesidad, así como
elevados niveles de colesterol y triglicéridos.
“De ahí que las
comorbilidades más importantes en los diabéticos sean obesidad, daño renal,
colesterol alto y las enfermedades cardiovasculares. La Ensanut señala que un
28 por ciento, incluso se habla de un 40 por ciento, de las personas que viven
con diabetes tienen daño renal, 30 por ciento colesterol alto y, por lo menos,
un 30 por ciento más tiene sobrepeso u obesidad”.
No solo se trata de
la prediabetes, de resistencia a la insulina o diabetes, sino del curso natural
de una enfermedad que nos conducirá a otro tipo de complicaciones como
triglicéridos altos, disminución de colesterol “bueno” y el aumento del “malo”,
lo que llevará a la acumulación de placas en las arterias que impidan buena
circulación sanguínea hacia el cerebro, corazón y las arterias lejanas, detalla
Mendoza Álvarez.
Precisa que entre
los principales factores de riesgo están los antecedentes familiares: si uno de
los padres, hermanos o tíos la tienen, aumenta hasta tres veces la
probabilidad; los fumadores 30 por ciento más de posibilidad, además de alguna
enfermedad cardiovascular; asimismo, quienes padecen hipertensión, aunado a la
vida sedentaria o falta de ejercicio.
En ese sentido,
apunta que hay dos llaves maestras: el deporte es una no farmacológica que abre
la puerta para que entre la glucosa entre los tejidos y se ocupe como energía,
en lugar de acumularse en la sangre; la otra es farmacológica, es decir, la
metformina, medicamento antidiabético, para coadyuvar a disminuir la
resistencia a la insulina, y facilita que la glucosa finalmente sea ocupada por
cada uno de los órganos.
Los no controlados
también pueden presentar pie diabético al producir daño en vasos sanguíneos y
nervios. Se trata de una disminución del flujo de sangre en las arterias
grandes, con repercusión en las arterias y capilares pequeños de los dedos de
manos y pies, incluso en la parte superior de las piernas. “Es como un daño
crónico que poco a poco comienza a taparlas debido a la inflamación crónica,
que ocasiona una toxicidad sistémica y se produce acumulación de grasa en las
paredes de estas causando insuficiencia”.
En este contexto,
plantea que un marcador importante para los médicos es la neuropatía diabética:
cuando un paciente tiene esta afección significa que lleva años sin un adecuado
control, lo que afecta sus terminaciones nerviosas produciéndole hormigueos,
sensación de picazón o ardor en la llamada “zona de guante y calcetín”; es
decir, en pies y manos, por lo regular por las noches.
Dimensionar los
beneficios
Destacó que uno de
los desafíos para el sector salud es identificar a tiempo la enfermedad. “Esto
es fundamental, si no tenemos un diagnóstico oportuno nos traerá complicaciones
renales y cardíacas que son costosas de tratar, por ejemplo una intervención
quirúrgica de tipo cateterismo para destapar la arteria”.
Asimismo, cuando
una persona es declarada diabética debe ser consciente de llevar un manejo
adecuado; sin embargo, solo tres de cada diez se apegan al tratamiento, en
tanto que únicamente 36 por ciento tiene un control de metas en su hemoglobina
glicosilada, un marcador en sangre que mide el nivel promedio de glucosa o
azúcar durante los últimos tres meses y permite vigilancia correcta de la
enfermedad, “y por lo mismo debe de ser universalizado en el sector salud”.
Es su responsabilidad
difundir ese estudio, la gente debe saber que si está fuera de la meta en los
indicadores de este examen de laboratorio tiene un riesgo alto de
complicaciones macrovasculares (infarto) y microvasculares (nefropatía
diabética –afección renal– o pie diabético).
Para que dimensione
más el beneficio, al paciente hay que informarle que: por cada uno por ciento
de descenso de la hemoglobina glicosilada, inmediatamente podría disminuir en
20 por ciento el riesgo de un infarto; 43 por ciento la posibilidad de
amputación; 37 por ciento de enfermedad microvascular, renal o neuropatía
diabética; 21 por ciento la muerte por otras casusas asociadas; 19 por ciento
la cirugía por catarata; 16 por ciento el riesgo de insuficiencia cardíaca; y
14 por ciento de infarto del miocardio.
El Día Mundial de
la Diabetes, precisa, debe significar que todos somos parte de las cifras; en
la prevalencia de esta enfermedad en México tenemos, en alguna medida,
corresponsabilidad ya sea con nuestros familiares o pacientes.
FUENTE: UNAM