Sometimiento o asfixia
Rúbrica
Sometimiento o asfixia
Por Aurelio Contreras Moreno
Desesperado por sacar dinero de donde sea para financiar sus programas clientelares y sus caprichosos proyectos faraónicos, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha lanzado sus tenazas hacia diversos sectores que no son de su interés electoral para sangrar sus recursos.
El decreto presidencial que determinó un
recorte presupuestario general de 75 por ciento a todas las áreas de la
administración pública federal y la extinción de diferentes fideicomisos puso
en peligro la operación, entre otras entidades, de los institutos de
investigación científica y de educación superior, contra los cuales el aparato
propagandístico del régimen arremetió acusándolos de improductivos y de
procurar únicamente el “inmoral” lucro, con tal de justificar lo que en los
hechos implicaba un acto de la más neoliberal barbarie.
Pero la feroz andanada oficial en redes
sociales en contra de instituciones afectadas por esta pretensión, como el
Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), fue superada por la
avalancha de críticas hacia lo que a todas luces representaba un atentado
contra la educación superior de calidad, lo que obligó al gobierno a recular.
Y lo hizo no porque reconsiderase su pobre
visión sobre la función y utilidad de estos organismos, sino porque no está
dispuesto a regatear un solo centavo a sus obras insignia, como el Tren Maya,
la refinería de Dos Bocas y el “aeropuerto” de Santa Lucía, proyectos sin
futuro que tendrán un enorme costo –en todos los sentidos- para el país, y que
bien podrían sufrir también los mismos recortes que se aplican a otros rubros
con el pretexto de atender la emergencia sanitaria por la covid-19.
Así que el gobierno de la mal llamada “cuarta
transformación” ha decidido seguir adelante con su política “austericida” en
otras áreas que no le resultan prioritarias, como las de la atención a la
violencia contra las mujeres y las víctimas de delitos y las de protección de
defensores de derechos humanos y periodistas.
De acuerdo con un reporte publicado en Animal
Político, en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) ya se
anunciaron despidos masivos de personal ante los recortes de recursos que dejan
a este organismo en un estado de franca inoperatividad, al grado que no hay con
qué pagar siquiera la renta de sus instalaciones. Mucho menos, para dar
atención a las miles de víctimas que día con día se acumulan a lo largo del
territorio nacional.
Algo similar sucede con la iniciativa
presentada por el grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República para
extinguir el Fideicomiso 10232 para la Protección de Personas Defensoras de
Derechos Humanos y Periodistas, a través del cual se financia la operación del
Mecanismo que para tal fin fue creado y sectorizado en la Secretaría de
Gobernación desde 2012.
A través de un pronunciamiento público, el
Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de
Derechos Humanos y Periodistas expresó su “total rechazo” a la iniciativa
presentada por los legisladores de Morena el pasado 20 de mayo, ya que “extinguir,
reducir o reorientar los fondos del Fideicomiso significaría a su vez poner en
riesgo a quienes diariamente se enfrentan a un contexto de alta violencia, y
cuyo trabajo resulta fundamental para la consolidación y el perfeccionamiento
de cualquier sistema democrático”, pues no habría manera de garantizar la
aplicación de las medidas de seguridad que por su naturaleza misma, implican un
sentido de urgencia.
Empero, no hay que olvidar que al actual
gobierno le importa un comino la seguridad y la integridad de los defensores de
derechos humanos y en particular la de los periodistas que no son afines –o
sea, aduladores- del régimen. Contra ellos, se lanzan sistemáticas campañas de
linchamiento cibernético mientras sus amanuenses juran que existe libertad de
expresión “como nunca antes”.
No por nada, el presidente que agrede todos los
días a los periodistas que lo critican llamó este miércoles en su cuenta de
Twitter a “definirse” o no en favor de SU “transformación”, pues según él,
quien no lo hace se “refugia” en una “supuesta objetividad o independencia para
no comprometerse”, al tiempo de celebrar la “libertad” de un actor… para doblar
la cerviz ante él.
López Obrador no entiende ni entenderá nada. No
quiere medios ni ciudadanos libres. Exige sometimiento o asfixia. Como
cualquier vulgar tiranozuelo.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras