“Soy una idea, y no se encierran las ideas”
La otra versión:
René Sánchez García.
La noticia más importante de esta semana, que los medios informativos de difusión visual y escrita ha publicado, es sin duda alguna la presentación voluntaria ante la policía federal que realizó el sábado 7 de abril, el expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, acusado de ser uno de los partícipes intelectuales en la caída de la presidenta Dilma Rousseff, en el año de 2016. Lula da Silva es considerado en Brasil el mandatario más popular de las últimas seis décadas y uno de los políticos más favoritos para las elecciones del próximo mes de octubre de este año. La peor de las molestias es que Lula pretende participar en un nuevo partido político dentro de los ya existentes y así convertirse nuevamente en candidato a la presidencia nacional.
Poco antes de entregarse, el expresidente Lula se reunió con miles de sus simpatizantes en Sao Paulo y allí expresó, ante los trabajadores metalúrgicos, que es víctima de una trama que fue armada por los medios de comunicación, el Ministerio Público, el juez Moro y la Corte Superior de Justicia. Reiteró que no hay una sola prueba de lo que lo acusan, y una vez más desafió al juez Moro a un debate público. Un analista político menciona que “En Brasil, eso equivale a un nuevo golpe judicial dentro del golpe de Estado parlamentario”; pues en efecto a Lula lo están condenando sin pruebas, por lo que se convierte todo esto en una maniobra política.
Sus seguidores se muestran optimistas al considerar que Lula da Silva sólo estará en prisión pocos días, pero sus abogados y los analistas políticos de Brasil dicen que lo más probable es que permanezca recluido hasta el mes de septiembre, “a pesar de todos los recursos que presente a las instancias superiores, como forma clara de impedir que dispute las elecciones presidenciales de octubre próximo”. Emir Sader expresa: “Cuando fundó el Partido de los Trabajadores y lanzó su candidatura a la presidencia de Brasil se comprometió a pelear contra todas las injusticias de que son víctimas todos los brasileños. Cuando se volvió mandatario del país pasó a combatir esos abusos y lanzó ideas para luchar contra los atropellos en todo el mundo”.
En éste su histórico discurso ante los integrantes del Sindicato Metalúrgico expresó que: “Mi crimen es ayudar a los pobres, que vayan a la universidad y se alimenten”, “Cada uno de ustedes se transformará en un Lula”, “Creo en la justicia, si no, habría propuesto una revolución, no un partido”, “No vale la pena parar mi sueño; cuando deje de soñar, soñaré a través de ustedes”; ya en la cárcel manifestó: “Soy una idea, y no se encierran las ideas” y finalmente expresó: «Si me encarcelan, seré víctima; si me matan, seré mártir; si quedo en libertad, seré presidente”.
Cuauhtémoc Cárdenas expresó el pasado domingo en el periódico La Jornada (p.10): Quienes hoy mandan en Brasil, surgidos de un golpe de Estado dado a través de una mayoría legislativa comprada y política ideológicamente corrompida, cometen con este hecho un atentado más contra el sentir y convicción de las mayorías populares, dando así satisfacción a los intereses de la explotación y el entreguismo locales e internacionales, así como el ansia revanchista de quienes el pueblo rechaza y desprecia”.
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