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TANYA CAROLA, ENTRE LA INSTITUCIONALIDAD Y LA IRREVERENCIA DE UNA “CACALOVER”

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TANYA CAROLA, ENTRE LA INSTITUCIONALIDAD Y LA IRREVERENCIA DE UNA “CACALOVER”

Por Edgar Hernández*

@LineaCaliente

 

Contrasta el respeto a la investidura, la pluralidad y el equilibrio institucional, así como la presencia y aspecto personal de la gobernadora Rocío Nahle frente a la poco higiénica, irascible y notablemente confundida representación de la presidenta del Congreso de Veracruz, Tanya Carola Viveros Cházaro.

Esta señora, la llamada “diputada de los tenis”, es la que mejor interpreta el decálogo del apestoso exdiputado, hoy senador de la República, Gerardo Fernández Noroña quien hereda a los chairos el dogma de no bañarse.

De presentarse a los actos públicos con ropa maloliente y tenis; con resaca de la farra del día anterior y mentarle la madre a quien ose contradecirla.

Y desde luego mantener en vigencia la más importante consigna para ser fiel exponente de Morena de poseer el 99 por ciento de lealtad y 1 por ciento de talento, algo así como ser un soberano tonto como requisito para detentar el poder.

Con un señalado orgullo de partido Tanya flota, se cree realizada.

Su orgullo ideológico heredado por sus amigos de parranda es mantenerse fiel a un comunismo fuera de vigencia, estar tatuada en abierta simpatía a la Santa Muerte, no guardar respeto a los símbolos patrios e impedir a sus pares disidentes la libre expresión de posturas diferentes a la “ideología” de ese corrupto movimiento -Morena- que en mala hora llevó al poder a lo peor de nuestra ciudadanía.

Para el olvido intencionado quedó el legado que nos dejaron los movimientos armados de la Independencia y la Revolución, así como el fiel apego a los usos y costumbres nacionales que nos marcaron por generaciones.

El respeto por la bandera, escudo y gobierno de siempre fueron los símbolos de la institucionalidad que nos inculcaron desde la primaria y en nuestros hogares.

Ese honor y lealtad por las instituciones fueron de siempre el legado por lo que representaban al igual que dar lo mejor de uno en favor de la familia y la Patria que de siempre fueron parte del orgullo nacional, de las familias, de los servidores públicos.

El himno nacional considerado como el más hermoso y patriótico entre 154 países es hoy, sin embargo, para los cacalovers se convirtió en un engorroso trámite de los actos públicos.

Dejó de respetarse.

Fue sustituido por extender el brazo izquierdo blandiendo el puño como lo hacían Fidel Castro y los dictadores Ortega, Maduro y izquierdistas de antaño, esos los rancios comunistas.

Esa payasada de rendir protesta a los cargos públicos extendiendo el brazo izquierdo (la derecha es para robar) es parte de un estúpido orgullo de quienes detentan el poder, el poder de un pueblo jodido, como dicen los leoneses, cuyas necesidades no entienden y menos atienden.

El pueblo para Morena no es más que un pretexto para mantenerse en el poder y saquear sus arcas.

¿No sucedió así del 2018 al 2024 cuando la era del atarantado?

La diputada Tanya, nombre de origen ruso, sigue creyendo que un día Stalin revivirá; que el “cacas” regresará con sus banderas socialistas y que la política de virtudes públicas y vicios privados son ahora vicios públicos y privados.

Ya en alguna ocasión en la cima del poder la diputada Tanya pidió a sus compañeros de partido y simpatizantes que si algún día notan que “ya se me subió” se lo hagan ver y me obliguen a aterrizar. No precisó si el “ya se le subió era por las chelas”.

¿Quién no recuerda a los herederos del Movimiento del 68 cuyo principal orgullo era portar una playera con el rostro del “Che” Guevara como parte de una época de juventud que encarnaba la rebeldía y echar abajo a las instituciones?

Todos en modo alguno nos abrazamos a esos idealismos para después retomar el camino de la vida profesional, el servicio público, el fundar una familia y respetar a nuestros héroes y símbolos patrios.

Pero no seguir ya adultos, como es el caso de la decadente diputada Tanya Carola Viveros, atrapada en el pasado, con enojos y desplantes que solo confirman cuan equivocados estuvieron quienes votaron porque llegara a esa representación popular, una representación marcada por el fantasma del fraude electoral.

Tanya sin duda dejará huella, la que hieden sus tenis.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo