Té X 8
Por: Norma Carretero Rojano
Indiscutiblemente la ciudad de México es fuera de serie. Cosmopolita, con lugares únicos para visitar y divertirse. En lo personal no me queda más que decirles que me encanta y, es en esta ocasión que les comparto parte del caló mexicano que distingue, entre otras cosas, a esta gran metrópoli.
Cuentan las “malas lenguas” que por ahí de finales del siglo XIX, en la Merced (uno de los más grandes mercados tradicionales en la Ciudad de México), en un puesto se vendía té con alcohol, como una especie de suero que servía como remedio para “curar la cruda o resaca” por sólo diez centavos el vaso. Al poco tiempo este puesto era tan popular que frente a él, otra señora puso su negocio para hacerle la competencia. Al ver esto, el puesto original bajó su precio a ocho centavos, recuperando su clientela por ser más barato; según cuenta esta leyenda urbana que las personas comenzaron a hacer referencia a este lugar diciendo “vamos por el té por ocho”
Otras investigaciones más serias al respecto, mencionan que la palabra “teporocho” surgió “de la costumbre de beber en la madrugadas infusiones de hojas de naranjo o canela (que en México se llaman tés) con alcohol. Tés que empezaron a venderse a principios del siglo XX en puestos ambulantes siendo su precio ocho centavos, de ahí la palabra “teporocho”, es decir, té por 8.
Sea una leyenda urbana o un trabajo de investigadores connotados, lo cierto es que en México pasa de todo y, es parte de lo que lo hace… ¡Mágico!.
Feliz fin de semana y, ya sabe, puede usted ir por su té por 8c o bien, por su teporocho.
«Para conocer el origen y la calidad del vino no hay necesidad de beber todo el barril».
Oscar Wilde.
