“TENGAN PARA QUE APRENDAN”
“TENGAN PARA QUE APRENDAN”
Martín Quitano Martínez
La
soberbia es la máscara de la ignorancia.
Anónimo
Es su primer acto de inicio de
campaña y la candidata oficial para la gubernatura de Veracruz, a grito vivo,
lo abre con una frase muy reveladora: “tengan
para que aprendan”. ¿A quienes les habla? No a sus seguidores. Tampoco a
los cientos de personas que han sido trasladadas en por lo menos 200 autobuses,
al parecer bajo presiones o amenazas laborales o sindicales para llenar el acto
proselitista, en el que se siente arropada.
Va a comenzar su largo
discurso, se supone que para allegarse votos y en lugar de llamar al
convencimiento se muestra retadora. La señora está enojada y el que se enoja
pierde. Es apenas el primer día oficial de campaña y sube a su templete
mascullando el agravio de que fue objeto en la mañana por parte de comensales
del restaurante típico del puerto jarocho que le gritaron que no era bienvenida.
Ha iniciado la batalla
electoral por Veracruz, el cuarto estado con mayor padrón electoral, con
importancia estratégica de cara a la contienda nacional. Ella, la candidata
oficial, decide mostrarse con su casco como seña de una identidad laboral que,
parece no darse cuenta, la pone en entredicho más que apuntalar su experiencia
como eficiente y honesta trabajadora. Justo eso, su paso por la Secretaria de
Energía, la identifica con los malos resultados de la refinería Dos Bocas, sea
por inconclusa, improductiva, mal planeada y construida y con unos costos
elevadísimos, en tres veces el presupuesto original, del que se han beneficiado
su familia y amigos.
Los cuestionamientos alrededor
de esta megaobra del obradorato son múltiples y pasan por opacidad,
incompetencia, corrupción, prepotencia y más que podría sumarse, pero ella se
enorgullece de sus errores, por eso se pone casco, dejando ver la soberbia con
la que se conduce.
Las condiciones de la elección
por la gubernatura veracruzana no será el “paseo por las nubes” que hace poco
asumían desde palacio nacional o del estatal. Los vientos que soplan no son
ventiscas, sino ráfagas de tormenta, que el oficialismo empezó a sentir desde
los pleitos dentro de casa con la nominación de una fuereña, con lo que parte
de su séquito también se ve obligado a acompañarla. Luchas intestinas dicen,
agravios a grupos de militantes que han sido rechazados. El carácter fuerte e
intransigente de la candidata, sus desplantes de soberbia, todo juega en contra
desde adentro. No, la señora no lo tiene fácil como imaginaron hace un año en
palacio nacional.
En los hechos, el comportamiento
de la clase política en el poder no solo ha roto muchas de las esperanzas que
generó, sino que ha profundizado los problemas que ofrecieron componer, a base
de soberbia, incompetencia e ignorancia. Sus escudos son la simulación
desvergonzada, la arbitrariedad. Sus herramientas, la corrupción, la violación
de la ley, y una enorme incapacidad para reconocer y dialogar con los
diferentes, enmarcados en los tufos autoritarios presentes todos los días en
hechos y palabras que negaron los compromisos democráticos, el apego a la ley y las esperanzas forjadas.
Veracruz es un botón del
conjunto de gobiernos estatales gobernados por la línea nacional, uno que
resume la incapacidad para hacer ejercicios públicos que rindieran buenas
cuentas, comprometidos con la transparencia, los derechos humanos o la
impartición de justicia. Ahora podemos estar enfrentando una clara
representación de la continuidad que nos ofrecen en un grito que concentra la
visión que tienen, “tengan para que aprendan”.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
75% del territorio nacional
enfrenta algún grado de sequía, la crisis hídrica avanza, es necesaria una
agenda ambiental del mayor calado.
X: @mquim1962