TEXCAPILLA: ¿Y EL ESTADO?
TEXCAPILLA: ¿Y EL ESTADO?
Pedro Peñaloza
“Un estado en
guerra solo sirve como excusa para la tiranía doméstica”.
Aleksandr
Solzhenitsyn
Las duras escenas del enfrentamiento en el pequeño
poblado del Estado de México, entre agricultores y miembros de una célula de la
Familia Michoacana, únicamente ratificaron la terrible crisis estructural que
vive la llamada seguridad pública en México. A plena luz del día se dieron cita
pobladores y delincuentes para “negociar” el precio de la extorsión por cada
metro cuadrado de tierra sembrada y al no ponerse de acuerdo con el “impuesto”,
los pobladores decidieron enfrentar con sus exiguas armas a los criminales.
La geografía local de la criminalidad es amplia y
consistente. Los grupos dominan e imponen: precios de mercancías, pago de
derecho de piso y hasta por la posesión de animales. La vida cotidiana está
sujeta a la amenaza de las armas. Y lo visto en esta localidad se extiende por
todo el país. Claro, con sus expresiones vernáculas y endémicas. El país está
dominado por distintos grupos delictivos, de diversos tamaños y con alianzas
múltiples.
¿Cuál es la respuesta del Estado? Nada
trascendente, simples mensajes insulsos y ajenos a las promesas electorales de
un personaje que afirmó “pacificar al país”. Es decir, un Estado “desertor” y
cómplice. Hoy el país vive en una vorágine de violencia imparable y en
crecimiento. Los sexenios de Calderón y Peña quedaron con indicadores menores y
ahí están las cifras serias. No hay otros datos. El miedo colectivo es la
constante. Amplias franjas de la población a nivel nacional lo saben y padecen.
En tanto, el habitante de Palacio oscila entre
convocatorias de párroco de pueblo y consejero terapéutico: “amor y apapacho a
los jóvenes”, se atreve a decir con desparpajo. En cinco años ratificó que no
tiene la menor idea de cómo enfrentar los desafíos de un país desigual, con
alta concentración del ingreso en pocas manos y sin una política Criminológica
integral y caleidoscópica.
El futuro inmediato no es nada gratificante:
Claudia Sheinbaum repite que seguirá con la misma política de su inventor, la
pesadilla continuará, sólo que sin el carisma del tabasqueño. De igual forma,
la candidata del frente opositor no atina a plantear una propuesta realmente
distinta y menos con los asesores que ha anunciado, que no se les conoce ningún
planteamiento esencialmente distinto al dominante. Esa es una gran debilidad.
En conclusión: los habitantes de México
seguimos prisioneros de los ritmos que dicta el crimen organizado o molecular,
y de muy poco servirán los placebos que reparte el gobierno. Tenemos un grupo
en el poder inepto y cómplice. Evidentemente.
@pedro_penaloz