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THE FLASH

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THE FLASH

Después de años de producción, por fin llega a la pantalla grande The Flash donde el titular súper héroe busca salvar a su madre y reparar todo el daño que eso causa, no sólo en su mundo sino en el multiverso.

El director Andy Muschietti (It, Mama) toma la afamada historia Flashpoint de los cómics, con los guionistas Christina Hodson (Bumblebee) y Joby Harold (Army Of The Dead), y básicamente presenta la película más divertida en este universo de DC con una gran cantidad de giros y sorpresas, aunque, no es el detonador para la nueva etapa de filmes que se esperaba, pero eso es un punto y aparte.

Aunque varias de dichas sorpresas ya fueron arruinadas por el mismo estudio, hay suficiente para mantenerte al filo de la butaca, más la apreciación de ciertos detalles de la historia dependerán de qué tanto ha consumido uno del producto previo de DC, incluso desde la época del blanco y negro de televisión.

Como todo héroe, Barry Allen (Ezra Miller, quien pese a todo lo que ha sucedido en su vida personal, hace un buen y carismático papel como protagonista) tiene un doloroso pasado de haber perdido de joven a su madre, Nora Allen (Maribel Verdú), y su padre Henry Allen (Ron Livingston) está en prisión al ser culpado del asesinato.

Encuentra la manera de corregir el problema al ir al pasado y, pese a que Batman (Ben Affleck) le dice que es una mala idea, Allen sigue con su plan al salvar a su progenitora, aunque de paso destruye su universo.

No se arruina al decir que se encuentra con un “nuevo” Bruce Wayne (Michael Keaton, quien hace suya la película en cada instante que está a cuadro), y que debe encontrar la manera de detener al General Zod al estar en una versión del mundo en la cual no existe Kal-El.

Hay algunos detalles: primero, obvio si no saben de las dos películas donde Keaton fue Batman, mucha de la energía y emoción de verlo, así como los detalles de producción, se va a perder; segundo, pese a que la historia es complicada, si uno no conoce de ella (ya sea por las novelas gráficas o por la serie de televisión) Muschietti logra presentarla de una manera en que el público no se pierda, tanto.

Ya sé que la fatiga del “multiverso” es clara al ser el quinto filme en recientes años en manejar estos detalles (no por ello deben perderse Spider-Man: Across The Spider-Verse, que es excelente), aquí se siente algo fresco porque es DC, y los personajes no están tan “oscuros” (léase amargados como en el Snyderverse), además que los actores superan a los detalles del libreto que pudiera arruinar todo.

Uno no debe jugar con el pasado, por que el pasado es lo que nos convierte en el presente. Una lección que se repite en múltiples ocasiones (y ojalá Warner Brothers la aprendiera) en la película, aunque Allen tarda en captarla, bueno, una versión, porque otra jamás cae.

Tiene un buen balance entre la acción y comedia, especialmente cuando Allen empieza a percatarse de las diferencias entre lo que era su mundo y este nuevo alterado, y que no importante el universo en que uno esté, Back To The Future es excelente.

Pese a que los anuncios nos hacen creer que es Batman 3, la obra es realmente The Flash, y el Caballero Oscuro que marcó a la Generación X es solamente un delicioso postre de 30 minutos, y lástima que la vida real de Miller haya frenado su trabajo (merecidamente), porque hay un gran destello de lo que podría haber hecho (cabe mencionar que esta versión de The Flash ya ha aparecido en tres películas previas y dos series de televisión).

Por fin en el Universo Extendido de DC hay algo que celebrar, pero, ni modo, es un adiós.