Tiempo de canallas
Tiempo de canallas
Pedro Peñaloza
“Cuanto más corrupto es el Estado, más leyes
tiene”.
Cornelio
Tácito
En 1952, Lillian Hellman publicó un interesante
libro, cuyo título es el mismo que encabeza este artículo. El contexto
histórico de aquella obra fue la persecución que promovió el comité senatorial
de EU, presidido por Joseph McCarthy, contra todo aquel que era acusado
supuestamente de comunista. ¿Alguna prueba? No. Simplemente denostar a quienes
se opusieran al “sueño americano” y al libre mercado.
Hoy, en un símil de aquella historia, el ciudadano
presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha construido un tinglado mediático,
no para perseguir comunistas, sino contra los conservadores/corruptos. ¿Pruebas
firmes? no importa, lo esencial es desprestigiar mediante el escarnio público a
sus antecesores y opositores.
Bajo esa metodología, por llamarle de alguna
manera, el inquilino transitorio de Palacio Nacional, ha planteado utilizar la
consulta popular, instrumento contenido en el artículo 35 constitucional, para
someter al “pueblo” la viabilidad de enjuiciar a algunos expresidentes.
Como se sabe, la Carta Magna define tres vías para
solicitar dicha consulta: por el Ejecutivo, mediante el 33% de cualquiera de
las dos Cámaras del Congreso de la Unión y, por al menos, 2% de los ciudadanos
inscritos en la lista nominal de electores; y, después, someter la pregunta a
la SCJN para su aprobación. Éste es el camino formal, pero no debemos pecar de
ingenuos, se trata de un linchamiento político que se alimenta del descontento
social acumulado por las corruptelas e impunidades de anteriores gobiernos, que
ahora se fusionará con las definiciones electorales del próximo año. En un
mismo acto se votará y se condenará.
Sin embargo, los ánimos de una población agraviada
tienen diques legales que no se deben atropellar, hacerlo abre el camino para
la violación al debido proceso y la presunción de inocencia. En realidad,
estamos en presencia de un montaje que pretende lanzar arena en los ojos para
ocultar el fracaso del gobierno lopezobradorista, en tres pilares básicos:
salud, economía y seguridad. Ha declarado el tabasqueño que votaría en contra del
enjuiciamiento a los expresidentes, ¿entonces por qué convocar a la consulta?
Si existen pruebas de irregularidades y corrupción
contra exgobernantes, basta presentar la denuncia ante la FGR. ¿Por qué no
mejor convoca a ello el presidente?
El artículo 108 constitucional no lo impide. El
caso de Luis Echeverría lo constató. Es claro que podemos ir a un espectáculo
distractor, de un juicio popular para que las masas decidan, aunque legalmente
no se puedan probar sus delitos o ya hayan prescrito. Dos instancias estarán a
prueba: la SCJN y la FGR. Quizá se confirme el tiempo de canallas. Veremos.
pedropenaloza@yahoo.com/ @pedro_penaloz