Ars Scribendi

TODA UNA HISTORIA LA CRUZ NEGRA

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Por Rafael Rojas Colorado

 

Como si de una manda se tratara, la familia Peralta-Estévez, una vez más vistió y veneró la Cruz Negra. La devoción, el cariño y el respeto a este símbolo divino lo tienen impregnado en el alma, porque representa el martirio y la pasión de Cristo Jesús, pero a la vez evocan las huellas de don Mateo Huesca quien inspiró la cruz en mención.

La cruz en un principio se instauró en la pedrera, pero al poco tiempo las adversas circunstancias obligaron al nieto del señor Mateo a llevarse la cruz a su casa, refiero a Jesús Peralta Huesca, se comprometió a cuidarla y amarla, pues guardaba en su ser el amor que le tuvo su abuelo a la cruz en mención.

La cruz negra ha sido testigo silencioso de todo el acontecer del siglo XX en el entorno de esos provincianos barrios, que el progreso mudó en modernidad. Cuantas historias que contar, cuantas generaciones de vecinos que ya se marcharon al más allá, mientras la cruz negra parece impasible en el tiempo, como si la sustancia de su madera fuera creada para la eternidad, así parece que continuará hacia el futuro.

Actualmente la familia Peralta-Estévez, con amor, dedicación y compromiso, han fortalecido la tradición en el espíritu de sus descendientes. La señora Alicia Peralta, su hermano Jesús, María del Carmen Panes Peralta y todos los familiares, se distinguen por perpetuar la tradición y por el cuidado y amor que profesan a la cruz negra que está cumpliendo 118 años desde su instauración. En un instante se hace presente aquel lejano ayer en el que los vecinos le rezaron el primer rosario y la semilla que sembró el patriarca de la familia para cultivarla y hacerla florecer en toda su descendencia.

La historia de la cruz negra es sublime, las alas del amor, la fe y la devoción la sostienen en el corazón de quienes velan por ella. Es necesario que las actuales generaciones conozcan su leyenda, solo así es posible el vislumbrar el valor espiritual que posee la familia que la conserva en un lugar especial de su bendecido hogar, más aún de su corazón.

La cruz negra se conoció por vez primera el 24 de abril de 1901, desde entonces se ha convertido en un ícono de estos barrios que el transcurrir del tiempo ha transformado en céntricas calles de la ciudad. El viento esparce su historia y cada vez es más la gente que se acerca a conocerla, al persignarse frente a ella se hace presente la emoción y la imaginación vuela en busca de sus huellas esparcidas en más de cien años de sobrevivencia.

El presidente municipal de Coatepec, Enrique Fernández Peredo, en su campaña de proselitismo, tuvo la fortuna de conocer la cruz negra, y año con año, atraído por su historia,  regresa a visitarla.

Amables lectores, si les nace conocerla, vayan a la calle de Hernández Hernández, en la casa marcada con el número 40 con el puño de su mano llamen en la puerta y la señora Alicia Peralta Estévez, con su natural amabilidad, los invitará a pasar a su hogar, allí mora la Cruz Negra.

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