TODO SE DERRUMBÓ
“Es más fácil
engañar a la gente,
que
convencerlos de que han sido engañados”.
Mark Twain
El discurso obradorista, junto con su máscara de
pureza cayó en mil pedazos. Sus convocatorias morales e higiénicas se agotaron.
Su división de poderes y perorata justiciera resultó ser bisutería. El discurso
prístino se contaminó. La autoridad honesta y recta resultó ser sólo una capa
endeble y desechable. El mundo feliz prometido es ahora una pesadilla.
El viejo rostro corrupto de las anteriores
administraciones nada tienen que envidiarles a los manejos turbios de la
supuesta “transformación”. La arbitrariedad y la prepotencia se pasean
campantes por Palacio Nacional. Los acólitos de la clase política dominante
buscan desviar la atención de lo central: alegan, defendiendo al Fiscal
General, que fueron ilegales los audios que lo exhiben en su real dimensión,
desde su posición de privilegio, manejar a los miembros de la Suprema Corte y
utilizar las leyes a su conveniencia para sus venganzas personales.
Bien. Aceptemos la ilegalidad de la intervención
telefónica, pero, ¿qué hacemos con el contenido de dicha acción?, ¿la
desechamos?, ¿la olvidamos? Gertz Manero, por su parte, acepta con descaro la
conversación, la cual es un atropello a la presumida división de poderes y
muestra su prepotencia al ostentar contar con la ponencia del ministro Alberto
Pérez Dayán y la lealtad de otros ministros.
Pérez Dayán, en lugar de desmentir los dichos del
Fiscal, se ha escondido en la toga y no ha declarado nada acerca de la entrega
ilegal del expediente en un juicio relacionado con la muerte del hermano del
representante del ministerio público federal. Además, recordemos los
calificativos que le pone al ministro de la corte, cuando afirma que “le quería
ver la cara de pendejo”. Que nadie se espante, quizá así se llevan los
susodichos funcionarios. El lenguaje misógino también se recrea.
Pérez Dayán y Gertz Manero tienen que explicar
públicamente ¿qué hacía en poder del fiscal un proyecto?, ¿así funciona la
impartición de justicia en México? y ¿no que AMLO y su gobierno eran distintos?
Para que no queden dudas de la crisis y su descomposición, López Obrador defiende
a Gertz aduciendo que, “es un asunto que él quiere que se aclare y se haga
justicia” ¡Caramba! El presidente justifica que el fiscal litigue un caso
personal con tiempo y recursos del erario público. El mito de la lucha contra
la corrupción se dinamitó. Se esfumó la rendición de cuentas y la aplicación de
la justicia exhibió su grotesca desnudez. ¿Alguien podrá confiar en la FGR y en
la SCJN después de esto? Todo se derrumbó… en tres años.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz