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Toñito y la escuela

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Toñito y la escuela

Por Salvador Muñoz

¿Pueden los niños y adolescentes extrañar la escuela en estos tiempos de pandemia? Los compañeros, la niña o el chico que le gusta, el ambiente, quizás sean los ingredientes perfectos para añorarla… aunque también puede estar el hecho de que la escuela sea esa válvula de escape que permitía a la niña, niño, al joven o a la chica, alejarse de una realidad en su casa lejana al “Hogar Dulce Hogar” y más cercana al infierno en vida.

Escucho a diputados el pasado lunes, demandar no sólo todo el peso de la Ley, sino el incremento a las penas a quienes atenten contra niños en casos de maltrato infantil y pederastia, todo ello en torno a la tragedia que envolvió a Toñito, allá en Acayucan, donde de acuerdo a los vecinos, sufría maltrato por parte de su padrastro, a quien se responsabiliza de su muerte y de agresión sexual…

Es curioso, pero tuvo que ocurrir la muerte del pequeño, para que las voces de los vecinos entonces dieran santo y seña de la “vida” de Toñito… ¿a dónde voy? A señalar que si bien, el Padrastro de Toñito es su infanticida, de cierto modo hay una complicidad indirecta por cada uno de esos vecinos que sabía del infierno del niño y que con su silencio, igual lo mató.

De acuerdo a notas relacionadas con esta tragedia, Toñito dejó de asistir a la escuela donde cursaba el cuarto grado…

II

Hace un año, a principios de junio, la LXV Legislatura del Congreso del Estado aprobaba la reforma al artículo 18 de la Ley de Educación, presentada por la diputada Kristel Hernández Topete, para que los maestros pudieran denunciar casos de maltrato infantil. “En caso de que las autoridades de educación tengan conocimiento de que algún educando sea víctima del maltrato infantil o de cualquier delito que ponga en riesgo su vida e integridad física o psicológica, deberán de inmediato hacerlo del conocimiento de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, de conformidad en el protocolo de actuación de la Secretaría de Educación. De igual forma, cuando noten la prolongada o reiterada ausencia de un estudiante, deberá notificarlo, con la finalidad de descartar o detectar posibles situaciones de maltrato infantil”.

Desconozco desde cuándo Toñito dejó de acudir a la escuela, si nos atenemos a lo dicho por las notas periodísticas, pero ya fuera al inicio del ciclo escolar o en el trance de la cuarentena extendida, supongo que se debió notar su ausencia…

III

En el patio de la escuela, alguien recogió una bala… sí, ¡una bala! La llevó a la directora quien de inmediato, empezó a recorrer los salones preguntando si alguien había extraviado “esto”… hablamos de un Jardín de Niños. Al fin, una pequeñita alzó la mano y se dijo propietaria. Le preguntaron de dónde la había sacado y su respuesta fue un “de mi casa… en mi casa hay muchas de ésas”…

Sí, ahora, los maestros no sólo son capaces de encontrarse escenarios terribles de maltrato y abuso infantil, sino otro peor: niños en casa donde es posible que sus tutores participen en el crimen organizado…

Es posible que la secretaría de Educación tenga los protocolos a seguir cuando se detecta un caso de maltrato o abuso, así como ausencia prolongada del alumno… ¿pero se está preparado para atender un caso donde un padre o madre evidencie nexos con la delincuencia? No lo sé… como tampoco sé si el maestro o la maestra de Toñito haya actuado cuando vio que dejó de ir o que no participaba de ningún modo durante la pandemia, porque si actuó, en algún lado se rompió el eslabón que pudo darle otro matiz a la situación de Toñito como a la de sus hermanos… y si  no actuó el maestro, para qué chingados están las leyes…

Volteemos a ver a nuestros niños vecinos, podemos cambiar su sino… maestros, mantengan la vista en sus alumnos, aún en esta pandemia… a veces, la escuela puede ser el refugio que añoran y que hoy, la cuarentena extendida, se los ha arrebatado…