TRES TOLETAZOS CONTRA MÉXICO, MORALES LECHUGA
TRES TOLETAZOS CONTRA MÉXICO, MORALES LECHUGA
Por
Edgar Hernández*
Puntual y contundente la admonición que hace Ignacio
Morales Lechuga al advertir que la democracia mexicana sigue perdiendo el piso.
“El hecho más grave es el de acabar con el árbitro
electoral y reconstruir un régimen de
partido único de estado”, adelanta quien fuera Procurador General de la
República, también de la capital el país, embajador en Francia, rector de la
Libre de Derecho, abogado, Notario en ejercicio y, sin duda, líder de opinión.
En su artículo que publica este día en el diario “El
Universal”, en singular parodia ligando a la política con el beisbol, Morales
Lechuga alerta los peligros que vive México en manos de un régimen está
desmantelando al país.
Por considerarlo de relevante importancia para la
opinión pública veracruzana –y la nacional por supuesto- reproducimos el texto
íntegro del artículo de fondo de este singular veracruzano.
“La comentocracia, dice Ignacio Morales Lechuga,
consideró exitoso el triple play presidencial en terrenos legislativos, judiciales y políticos al imponer su
decisión sobre el rumbo a seguir por la Guardia Nacional, la prisión preventiva
oficiosa y anular a la alianza opositora, hoy en peligro de perecer.
Me atrevo a pensar que pueden ser batazos de “faul”
y no jonrones, tiros que llegarán a la tribuna para ser registrados contra
México, violatorios de la Constitución y acuerdos internacionales en materia de
seguridad pública.
Los organismos internacionales cantan el “faul” y emiten
opiniones reprobatorias al gobierno mexicano y señalan que la prisión
preventiva aplicada como la utiliza este gobierno, contraviene derechos humanos
y viola el texto del artículo 19 constitucional al considerar la evasión
fiscal, entre otras conductas como “delito contra la seguridad nacional”.
Los toletazos muestran eficacia para nulificar a la
oposición, la amenaza o terrorismo contra sus líderes y la exhibición pública
de su presunta corrupción rampante.
La democracia mexicana sigue perdiendo piso.
El hecho más grave es el ánimo de acabar con el
árbitro electoral, reconstruir un régimen de partido único de Estado, criticado
incluso desde espacios de Morena, para hablar claro, siembra el camino a una
dictadura populista.
La adscripción de la Guardia Nacional (operativa y
jerárquicamente) a la Sedena, presenta problemas y distorsiones graves. La GN
debió ser una fuerza pública civil, como en cualquier país con diseño de
república democrática. Lo poco que se había construido en ese sentido ha sido desmantelado
en el actual gobierno.
Este 16 de septiembre veremos el primer desfile de
un cuerpo policial formado por elementos de las fuerzas armadas vistiendo
uniforme de la GN, una imagen que cuasi legaliza a las fuerzas armadas en la
seguridad pública del país. Compuesta por 123 mil elementos, 100 mil provienen
del Ejército o la Marina y 23 mil de la desaparecida Policía Federal ¿Qué
pasaría si el ejército retira a sus efectivos de la GN? ¿Otro cascarón?
Salvo algunas funciones de carácter administrativo, la
SSPC queda reducida a un fantasma de la administración pública federal.
¿Esta anexión resolverá los problemas estructurales
causa y consecuencia de la creciente inseguridad en las calles y en las
localidades donde enseñorea la delincuencia organizada?
La respuesta es: Ojalá, pero seguramente no. Salvo
algunos avances exitosos en CDMX, Yucatán, Campeche, Querétaro, Nuevo León y
Aguascalientes los estados viven inmersos en frecuentes y graves crisis de
seguridad pública, con policías inoperantes o francamente asimiladas a la
lógica de la delincuencia y la impunidad criminal.
El mando militar en la principal corporación
nacional de seguridad pública terminará de anular los esfuerzos estatales y
municipales. No es en el centro político —con sólo el 11 por ciento de la
población nacional— donde se debe actuar contra la inseguridad, sino en las 31
entidades restantes, donde habita el 89 por ciento de los mexicanos.
Con una fuerza federal presente en la vigilancia de
aeropuertos, aduanas, instalaciones estratégicas, pero metida en tareas ajenas
a su misión constitucional, es posible que se amplifique lo que está a la vista
de cualquier persona que utiliza autopistas y carreteras y que cada vez percibe
más riesgos de asalto y robo, incluso en la autopista de CDMX a Querétaro, en
la Del Sol hacia Acapulco o en las rutas de aquí a Veracruz o a Tamaulipas,
favoritas para el robo a transportes de carga.
Los patrullajes de la Guardia Nacional en carreteras
federales –afectados por recortes en la dotación de gasolina- han multiplicado
las “patrullas” de utilería que no consumen gasolina, pero cuya presencia ya no
infunde respeto ni a los pájaros. Mal signo y peor augurio para la paz social y
la seguridad de la población”.
Un material de opinión valioso que merece ser compartido.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo