TRUEQUES, ESPIAS E INCAUTOS
Pedro Peñaloza
“La razón del mercado impone sus dogmas totalitarios”.
Eduardo Galeano
1. Trueques. La negociación como instrumento disciplinador. Los juegos del poder son fascinantes y decepcionantes, depende quién los realice y cómo se realicen. Una clase política primitiva y pragmática como la mexicana, puede transitar por el oportunismo, la desmemoria y en cinismo, sin mover un musculo de vergüenza. El poder lo vale todo. Lo afrodisiaco supera lo monetario. Se trata de cabecear, agacharse, ser dúctil y obediente, pero sobre todo, leal, muy leal al poder.
La Reforma Hacendaria, o mejor dicho, paquete fiscal recaudador, requería que la izquierda parlamentaria la apoyara, ya el PAN había dicho que no viajaba en esa ruta; entonces urgía evitar que el tricolor y sus acompañantes aparecieran solos. La decisión fue sencilla y medible. Incluir algunas medidas revindicadas por el PRD significaba atraer a dicho partido, la mesa alcanzaba para semejante menú, y así fue. El partido del sol azteca descubrió que Peña y sus operadores básicos son hombres sensatos e incluyentes, después de todo el recurso para la «capitalidad» al DF, no es nada despreciable. Sin duda, los cursos intensivos que pronunciaron los enviados del perredismo al Pacto por México surtieron efecto. En un acto de mutación cultural e ideológica los insensibles tecnócratas de hacienda se dieron cuenta que habría que recuperar los proyectos empolvados en el baúl y lanzarlos como subterfugio para el apetito «reformista» de una fracción del PRD. Y así fue, eso bastó para que la izquierda mayoritaria de San Lázaro defendiera a capa y espada el diseño y la propuesta de Videgaray y sus muchachos.
Ya vendrá el PAN «radical» a desplazar del copiloto al perredismo, pero ahora para defender la Reforma Energética. La Izquierda será tramoyista en ésta grotesca comedia. El PRIPERREDISMO, se transformará en PRIAN. Otros tonos y diversos discursos justificarán el travestismo. Los intereses concretos no requieren explicaciones.
2. Espías. La dulce (y obvia) vía para justificar lo injustificable. Ahora resulta, que para el secretario Chong y su jefe, el joven imberbe, es posible «descubrir» el espionaje de la Casa Blanca, mediante la Policía Federal y el CISEN. ¡Caramba! A qué nivel hemos llegado en el manejo de la política exterior nacional, el titular del Ejecutivo y sus empleados, no pueden emitir una opinión tajante e incuestionable, frente al poder de los estadounidenses, sólo le dan largas a un asunto que tiene explicaciones concretas y evidentes.
El gobierno de Washington, tiene como matriz el «apropiarse» de toda la información disponible e imposible, para ello cuenta con un sistema aceitado y maleable, que descansa en la ideología, de la hegemonía y en la figura de un régimen que tiene la sed inagotable de ganancias y de guerras. La timoratez transmitida en vivo y a todo color. Adelantamos, en exclusiva, la conclusión de la «investigación» que realizará el gobierno mexicano: «en efecto, la Casa Blanca espía a sus aliados y a sus enemigos».
3. Incautos. Se cree que la política del inquilino de Los Pinos «no busca popularidad» (según el propio Peña), entonces, habría que preguntarse ¿por qué razón la actual administración mantiene la misma línea frente al narcotráfico, que su antecesor Calderón? Es decir, la lógica del garrote y el aumento de las fuerzas represivas, la simple administración del miedo; esto es, ser popular por las orientaciones reactivas y con ello, creer que se puede encarar así la descomposición social. ¿Será por temor o incapacidad? Usted escoja amigo lector(a).
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