TSJEV: BLINDAR LA IMPUNIDAD
TSJEV: BLINDAR LA IMPUNIDAD
Por Aurelio Contreras Moreno
Cada que se acerca el fin de un periodo de
gobierno, quienes ejercieron el poder a plenitud (o estuvieron en la plenitud
del pinche poder, diría un clásico), buscan la manera de “cuidarse las
espaldas”. Esto es, de evitar ser llamados a cuentas una vez que esa condición
de poder termine.
Para ello luchan por imponer como sucesor(a) a
un incondicional –o que creen que les será incondicional-. Pero cuando las condiciones
políticas no les son favorables para alcanzar ese propósito, otra vía es la de
hacer nombramientos en áreas estratégicas, de preferencia transexenales.
En los últimos años, los casos más comunes son
los de los fiscales, que a partir de las reformas al sistema de procuración e
impartición de justicia de la década pasada adquirieron esa característica de
trascender los periodos de gobierno. Pero también las magistraturas en los
tribunales superiores de justicia estatales ofrecen el acceso necesario para influir
en las decisiones de quienes tienen en sus manos casos de probable –o muy
comprobable- corrupción.
Durante la pasada y última sesión de este
periodo ordinario del Pleno de la LXVI Legislatura del Estado de Veracruz, iban
a presentarse y votarse las propuestas de nuevos magistrados del Tribunal
Superior de Justicia estatal, organismo que si bien nunca ha sido realmente un
ejemplo de autonomía respecto del Ejecutivo en turno, en el sexenio de
Cuitláhuac García Jiménez ha alcanzado niveles de servilismo y abyección
vergonzosos, al grado de convertirse en el “brazo ejecutor” de las venganzas y
persecuciones políticas del régimen.
La mayoría de las propuestas eran de personas
afines al gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Algunas patéticas por la carencia
de méritos y de la mínima experiencia en el ámbito judicial. Pero ya sabemos
que la capacidad y el conocimiento no tienen valor alguno en tiempos de la
autoproclamada “cuarta transformación”.
Entre los propuestos está Ángel Alarcón
Palmeros, director general de Transporte del Estado, señalado por
irregularidades diversas por transportistas, taxistas y en especial por los
abusos constantes de las empresas de grúas, con las que ha hecho su “agosto” a
costa de los contribuyentes.
Otra es Sarahí Peña Galaviz, quien es subsecretaria
de Prevención y Participación
Social de la Secretaría de Seguridad Pública y tiene bajo su responsabilidad la
operación de los penales de la entidad, donde es señalada de abusos y
violaciones a los derechos humanos.
Uno más, Arturo Sosa Vázquez, es director
general de Patrimonio del Estado, organismo sobre el que existen varias
denuncias por despojo en contra de uno de sus anteriores titulares, David
Jiménez, hoy en día presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la
Información y contra quien su sucesor, evidentemente, no ha movido un dedo.
Otros dos son Humberto Oliverio Hernández
Reducindo y José Alfredo Corona Lizárraga. El primero es hoy consejero de la
Judicatura del mismo TSJEV y pretenden hacerlo magistrado; el segundo es
comisionado del IVAI y buscan colocarlo en el Consejo de la Judicatura, en
lugar de Hernández Reducindo.
Eso no es casual. Ambos son operadores del
secretario de Congreso del Estado, el ex panista Domingo Bahena Corbalá
–denunciado por abusar de una mujer adulta mayor al apoderarse de un inmueble
de su propiedad sin pagarle la renta-, quien a su vez es quien “limpia” los
manejos de los recursos del Poder Legislativo que hace el presidente de la
Junta de Coordinación Política, el morenista Juan Javier Gómez Cazarín.
La jugada era colocar a esos alfiles para que,
desde dentro del Poder Judicial, paren cualquier investigación y/o acusación en
contra de quienes se van en unos meses más. Y decimos era, porque al menos por
ahora tuvieron que detenerse esos nombramientos.
Trascendió que un diferendo político motivó que
el tema ya no fuera discutido por el Congreso de Veracruz al menos esta semana,
ya que la precandidata de Morena a la gubernatura, Rocío Nahle, quiere que
nombren a “sus” magistrados, pues en sus cálculos, es a ella a quien le
corresponde como “próxima gobernadora”. Si los veracruzanos lo permiten, por
supuesto.
Es el año de Hidalgo. Y no hay que olvidarlo.
Email: aureliocontreras@gmail.com
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