UN CENTRO DEMOCRÁTICO PARA VERACRUZ
UN CENTRO DEMOCRÁTICO PARA VERACRUZ
Por Uriel Flores Aguayo
La ciudadanía veracruzana necesita espacios y
rutas del pensar y quehacer político. En toda la vida, en sus más variados
aspectos, hay que tomar definiciones. Es el caso de nuestra relación con la
sociedad, con la vida pública, la política y la democracia. Para que las
instituciones funcionen bien se requiere una ciudadanía activa, informada y
comprometida. En esa línea apunto algunos elementos de una ruta de expresión
política que puede ser eficaz y oportuna para VERACRUZ. Se trata de construir
un espacio político ubicado en el centro, donde se den cita ciudadanos en lo
individual u organizados de las más variadas formas. No existe el centro
ideológico, por tanto su aporte es netamente político, dando las más amplias
posibilidades de participación en torno al consenso de una mínima agenda
democrática. Su finalidad principal es el desarrollo democrático, promoviendo
las más variadas actividades e iniciativas en ese sentido; tiene mucho de
aportación cultural aunque también aterrizará en propuestas concretas, incluso
de candidaturas.
No se alinea con partido alguno. Tiene un
enfoque plural. Para ser eficaz debe ser puente y punto de encuentro de los
diversos, trabajando lejos de la polarización. Sin dejar de explorar las vías
independientes es indispensable acudir a los partidos como postulantes de las
candidaturas. El Centro, como proyecto plural, está en condiciones de ser
organización con sus siglas y acciones o un conjunto de conceptos a difundir en
la sociedad. Entre sus participantes estará la izquierda democrática en sus
variadas manifestaciones, tanto social como política; es indispensable
reinsertar en la coyuntura las ideas y prácticas, sembrar esperanza, de las
izquierdas democráticas. Hoy más que nunca es necesaria.
El Centro formularía un
programa democrático que tenga un carácter dinámico para estar a la altura de
estos tiempos. Es más complejo hablar de la democracia cuando fuerzas populares
y progresistas están en el poder. El Centro debe hablar de los problemas de la
gente, de la sociedad; alejarse de las rutinas partidarias en las que no salen
del auto consumo y el conformismo. Tendrá, por tanto, que hacer estudios,
análisis e investigaciones de los problemas más importantes para ofrecer
alternativas. Lejos de la retórica su prioridad tienen que ser las causas
de la gente. Como la política también es práctica y necesita canales para tener
concreción, sin ser puro pragmatismo, el Centro tiene que preparar y presentar
candidaturas a las elecciones llegado el momento. El Centro sería una escuela
democrática donde se formen liderazgos, donde se hable y practique la
democracia. Si bien la corrupción es un serio problema en México, de tipo
estructural, el problema mayor radica en tener o no democracia. De vivir en
democracia depende el Estado de Derecho, la división de poderes, las elecciones
libres, el desarrollo económico y el respeto a los derechos humanos, entre
otros elementos indispensables para una vida normal y progresista. De ahí que
lo que se haga por el desarrollo democrático en México es útil y clave.
Recadito: lo que es la
«transformación» realmente se puede calificar de cerca con lo que
vivimos en XALAPA.