¡Un estúpido -Cuitláhuac- que solo dice estupideces!
Línea Caliente
¡Un estúpido -Cuitláhuac- que solo dice estupideces!
Por
Edgar Hernández*
Difícil escudriñar que pasa por la mente del
solitario de Palacio cada vez que acomete, como dice el alcalde de Veracruz-
una estupidez.
Imposible, aunque imaginable saber qué pensara este
atarantado gobernante cuando llega por las noches a su casa vacía, a su
recamara solitaria, a su cama fría -porque seguramente no todas las noches son
de francachela- y antes de conciliar el sueño reflexione en que ¡la volvió a
cagar!
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez, se ha
constituido en una desgracia desde que irrumpió en la política hace no menos de
un lustro producto del efluvio de su mecenas que en sueño de opio creyó que al
igual que su “Juanito”, su títere de Iztapalapa, podría clonar otro para 8.3
millones de veracruzanos.
En el día a día sigue siendo la mofa de la opinión
pública a nivel estatal, nacional y por sus altos vuelos declarativos, hasta de
carácter internacional al ser ridiculizado por la prensa extranjera por sus
dislates y expresiones cantinflescas.
Ello ha dado lugar a que se hay convertido en una
verdadera vergüenza para los veracruzanos.
En una ofensa para el orgullo del locuaz jarocho,
para el dicharachero, para el decimero, para el de las rimas, el orador de
plaza, para el político de altos vuelos y muy seguramente para quienes idealizaron
a aquellos gobernantes que llegaron a ser presidentes de la república.
Duele que nuestro mandatario sea objeto de burla, de
desprecio, de chiste barato, de risa loca por la cascada de tonterías que
escupe cada vez que abre la boca.
Nos hubiera gustado que no fuera así, pero lo es.
Imposible a estas alturas regresarlo a que termine su educación básica.
El último lance con ese peculiar lenguaje que le
caracteriza, fue para señalar a la suegra del alcalde de Veracruz, Fernando
Yunes de saltarse la fila para la vacunación anti Covid-19, lo cual provocó una
airada reacción del edil quien le espetó que “El gobernador del estado
-Cuitláhuac García- es un estúpido y un estúpido dice estupideces”.
Retó al mismo tiempo al atarantado gobernante a que
si le muestra el documento falso que utilizó su suegra para ser vacunada, el
renunciaría al municipio, pero en caso de no existir es documento falso,
entonces que Cuitláhuac García renuncie a la gubernatura.
El silencio fue la respuesta.
Ese es su estilo. Meterse bajo la cama solitaria
donde duerme, arrinconarse bajo el escritorio de Palacio. Declararse ausente
hasta que vuelva a declarar.
Sin embargo, la opinión pública no se la perdonó.
El colega Armando Ortiz, con aguda sorna apunta que
si compiláramos las estupideces que ha dicho el gobernador, seguro llenaríamos
un libro de más de 100 páginas.
“En ese libro estarían los señalamientos inmediatos,
acusando responsables por las masacres, pasando por la revictimización de las
personas asesinadas, y por supuesto anotando sus dislates como lo del tren
volador”.
Y repone:
“Ahora, dejándose llevar por las mentiras de un
sujeto que hace boletines para su servicio, un tal Juan Tirado, el gobernador
acusó que la suegra de Fernando Yunes acudió a vacunarse contra el Covid-19,
con documentos falsos y saltándose la fila”.
El estulto de Cuitláhuac García, olvidó verificar
ese malicioso boletín.
En fin, habrá tiempos en que todo lo que nos está
sucediendo quede en el libro del horror, en el anecdotario de lo peor que nos
ha sucedido por votar a ciegas por alguien a quien lo que menos le funciona es el
cerebro.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo