UN GOBIERNO DE VERGÜENZA
UN GOBIERNO DE VERGÜENZA
Rúbrica
Por Aurelio Contreras Moreno
¿Puede un régimen que viola
consuetudinariamente la ley tener legitimidad para exigir su cumplimiento?
Ésta es una pregunta que bien puede plantearse
en el caso de Veracruz, donde el Estado de Derecho ha sido hecho añicos por un
gobierno intolerante, autoritario y particularmente ignorante, como el que
encabeza Cuitláhuac García Jiménez.
Es verdaderamente vergonzoso el desparpajo y
cinismo con que el régimen de la mal llamada “cuarta transformación” en
Veracruz miente y viola la ley y, en consecuencia, los derechos de los
ciudadanos a los que es su obligación, entre otras cosas, garantizarles certeza
jurídica y personal.
La aplicación del tipo penal de ultrajes a la
autoridad, que tiene en la cárcel a más de mil personas en la entidad, ha
representado una afrenta del gobierno estatal contra sus propios gobernados
como solamente había sucedido en el pasado reciente durante el infame sexenio
de Javier Duarte, cuando éste también utilizó el Código Penal como arma al
tipificar el delito de perturbación del orden público, con lo cual intentó en
su momento acallar las críticas a su administración en redes sociales.
En aquel entonces, la Suprema Corte de Justicia
de la Nación tuvo que entrar a “enmendarle la plana” a Duarte y declaró
inconstitucional aquella reforma al artículo 373 del Código Penal del Estado,
la cual el Congreso de Veracruz derogó en la víspera del resolutivo como una
manera de intentar aminorar el ridículo de quedar exhibidos por el máximo
tribunal del país.
Ya hemos señalado antes cuántas similitudes
existen entre el régimen duartista y el de Cuitláhuac García –incluidos varios
impresentables que han medrado del erario en ambos gobiernos-, y el
autoritarismo legaloide es una de éstas. Al grado que está por suceder lo mismo
con el delito de ultrajes a la autoridad.
Este lunes, la Corte sesionará para someter al
Pleno el análisis y deliberación de las acciones de inconstitucionalidad
59/2021 y su acumulada 66/2021, promovidas por diputados de oposición de la
LXVI Legislatura del Estado de Veracruz, en contra de las reformas al Código
Penal estatal en materia de ultrajes a la autoridad.
Por las reacciones del morenato veracruzano
durante todo el fin de semana, es previsible que el proyecto que presentará este
lunes el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo sea en el sentido de decretar la
inconstitucionalidad del tipo penal de ultrajes a la autoridad por resultar
violatorio de los derechos humanos, como lo han señalado desde el principio
gran cantidad de especialistas en derecho penal. Pero además, como ha quedado
más que claro que así ha sucedido en Veracruz durante su aplicación en el
último año.
La desesperación es palpable. Todo el régimen
se lanzó a intentar presionar a la Corte este domingo: desde el mismo
gobernador hasta sus palafreneros en los poderes Legislativo y Judicial –el
presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Juan Javier Gómez
Cazarín, y la presidenta del Tribunal Superior de Justicia Isabel Romero de la
Cruz-, con argumentos baladís y sin sustento jurídico, más bien intentando
asustar con el “petate del muerto” de que con la anulación del delito se
dejaría en libertad a peligrosos criminales… que debieran estar siendo procesados
por los ilícitos que los hacen ser considerados de esa manera.
Como ha hecho durante toda su gestión, García
Jiménez decidió llevar la situación al límite. Ignoró y desacató la
recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que el
delito fuese derogado, y sus serviles diputados de la mayoría morenista en la
LXVI Legislatura eliminaron únicamente dos fracciones del artículo que lo
sustenta, manteniendo el tipo penal y sus desproporcionadas penas. Lo dejaron
igual, pues, en un acto de vulgar simulación.
Quizás Cuitláhuac García crea que con que el
presidente Andrés Manuel López Obrador y algunos senadores sin quehacer de
Morena vengan a levantarle la mano cada tanto, es suficiente para hacer lo que
le venga en gana y abusar del poder impunemente.
La verdad es que su gobierno se desmorona en
una espiral de pérdida de legitimidad, que lo coloca como un transgresor
sistemático de la ley que juró cumplir y hacer cumplir, y que en cambio ha
usado en contra de los ciudadanos veracruzanos, cuyas voces y reclamos prefiere
desacreditar antes que intentar escuchar.
Como a tantos otros, el destino lo va a
alcanzar. Y probablemente también la ley.
Le vale
todo
Y para que no quede duda de todo lo
anteriormente expuesto, García Jiménez anunció el viernes que no aceptará la
recomendación de la CNDH por la violación de los derechos y las agresiones
sexuales que la policía ministerial de Veracruz infringió a July Raquel Flores
Garfias para que aceptase inculparse en el asesinato de la ex rectora de una
universidad xalapeña.
Lo dicho: las instituciones y ley le valen
madres al que cobra como gobernador en Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras