Pedro Peñaloza

Un neoliberal menos

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Pedro Peñaloza

 

“Ningún hombre es una isla en sí mismo, cada hombre es parte del todo […] la muerte (y la pobreza) de cualquier hombre me afecta, porque soy parte de la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; lo hacen por ti”.

John Donne

 

 

  1. Un disidente con datos. Carlos Urzúa, planteó, sin ambigüedades, lo que estaba pasando en los circuitos internos del gobierno de AMLO. Dice en su carta de renuncia, que “se tomaron decisiones de política pública sin el suficiente sustento”, lo que ventiló el renunciante, es que el dinero de los contribuyentes se está tirando al caño o se está metiendo en el ventilador de la ocurrencia.

Aunado a lo anterior, el exsecretario denunció lo siguiente: “me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de intereses”. Como se observa, Urzúa plantea otros dos elementos, igualmente perniciosos, contrarios a la perorata de las misas matutinas del titular del ejecutivo federal. En efecto, dos claras muestras de corrupción son: nombramientos de personal incapaz para desempeñar un determinado cargo público y el conflicto de intereses en un supuesto gobierno prístino y pulcro. El contenido de la citada misiva no ha sido refutado seriamente por nadie.

2.Un neoliberal desenmascarado. Como ya es costumbre, el inquilino de Palacio Nacional (que no pagará renta) suele defenestrar a quienes cuestionan o se oponen a sus ideales y planteamientos. La respuesta a la renuncia de su excompañero constata los desplantes de quien es incapaz de discutir proyectos y reivindicar ideas. Para evidenciar las “desviaciones” de Urzúa, AMLO saca a la luz algo que era ignorando públicamente y, que ahora, en un acto visceral lo usa para desprestigiar al exsecretario: «Imagínense lo que es eso, que me presentan un Plan (Nacional) de Desarrollo, lo veo y desde mi punto de vista no reflejaba el cambio (con la política neoliberal), era como si lo hubiese hecho (Agustín) Carstens o (José Antonio) Meade, con todo respeto»(El Financiero, 10/07/19).

Es decir, el gabinete estaba penetrado por un grupo de neoliberales encabezados por Urzúa, los cuales permanecieron en sus puestos no obstante sus aviesos intereses. De esta manera, se reafirma el inconsistente pensamiento del exjefe de gobierno, quien gritó a los cuatro vientos que el neoliberalismo había fenecido con el arribo de él a la presidencia. Todo sea por pisotear a quien no se pliega a sus caprichos. Confirmado: el rumbo del país está sujeto al humor de un personaje, por ahora, poderoso. ¿Quién sigue?

pedropenaloza@yahoo.com     @pedro_penaloz

 

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