UN TAL CIRO
UN TAL CIRO
René
Sánchez García
Desde
niño conocí los dos tipos de periodismo nacional. El perteneciente a los
empresarios de los años 60 y70, así como el de los inconformes con el régimen
gubernamental de esas épocas. Al primero lo representaba dignamente Novedades y al segundo Excélsior. El diario informativo de los
ricos pertenecía a la familia O’Farril y Alemán Valdez y en sus páginas había
solo noticias breves que resaltaban a diario lo bien que estaba el país en
todos los aspectos. Sus editoriales respaldaban a los gobernantes en turno. En
la sección de sociales se daba nota de las fiestas y bailes de gala de los
dueños del dinero.
En cambio, Excélsior, era el inconforme con
argumentos válidos, en donde las noticias y reportajes eran de investigación y
los editorialistas eran las mejores plumas críticas de aquel momento de Julio Scherer
García, y sus escritos señalaban el estado represivo y de pobreza del país.
Mientras que en Novedades los
“periodistas” que cubrían la fuente política en lujosos restaurantes; en el
otro las noticias y reportajes se nutrían de lo que opinaba la gente pensante
de la calle y las universidades públicas del país.
Excélsior fue
callado por el poder político en los tiempos de Echeverría. Novedades dejó de circular cuando las
devaluaciones de López Portillo y de la Madrid afectaron toda la economía del
país. A la gente pobre que deletreaba les quedó los diarios deportivos Esto y La Afición, así como también Alarma,
Alerta, Memín Pinguín y Lágrimas y
Risas. Los tiempos corrieron y la tecnología de la comunicación trajo
cambios, donde ya las noticias casi no se leen de manera escrita, ahora la
radio y televisión digital son de actualidad, donde sólo se necesita servicio
de internet o cable. Aquí como ejemplo entra Ciro Gómez Leyva y su periodismo
“profesional y actualizado”.
Para los seguidores de la
derecha, el tal Ciro, en estos momentos de conclusión del sexenio federal, se
ha convertido en el más fiel defensor de los ideales, sueños y conquistas de la
gente que piensa, actúa y sigue fielmente a Claudio X. González, así como a de
la gran mayoría de los empresarios y la gente dolida de la contienda del 2 de
junio de 2024. Por ello en su programa de Radio Fórmula, a diario emite
comentarios bien elaborados en contra de Morena, la 4T y el Presidente López
Obrador, donde se nota claramente como los sucesos reales en el país, las
convierte en desinformación, misma que lleva la clara intención de poner
piedras al Estado, pero sobretodo que la gente fácil de manipular lo escuche y
deje de seguir La Mañanera.
En sus programas, el tal Ciro,
al comunicar “sus noticias” pone una cara fingida de hombre sufrido, atacado
por el Gobierno y Hacienda, lleno de miedo, perseguido, triste, melancólico,
que sigue esperando una respuesta al ataque sufrido donde casi pierde la vida,
hace unos meses. Cuando en su programa alguien lo cuestiona (como lo hace
Epigmenio Ibarra), el pobre de Ciro se siente incomprendido, súper ofendido,
negando siempre lo que él dijo anteriormente, mencionando que lo expresó de
diferente forma. Es común que nunca acepte su responsabilidad ética de
periodista, asunto que lo hace “ganar” audiencia o seguidores que se compadecen
de este pobre y desvalido comunicador social, amigo de Peña Nieto, Calderón y
Fox, así como de los pudientes del dinero. Así las cosas.