Una Guerrera que ha Sobrevivido al Cáncer…
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Soy Araceli Ceballos Rivera hoy quiero compartirles mi testimonio.
Desde muy niña comencé a luchar por la vida, ya que a la edad de dos años falleció mi madre y quedé sola por muchos años, fueron tiempos difíciles, que me hicieron madurar muy rápido en la vida.
A los once años me fui a vivir con mi padre y las cosas mejoraron mucho, con él viví once años de mi niñez y adolescencia.
A la edad de 21 años contraje matrimonio; Dios me bendijo con dos hijos maravillosos Sebastián y Mayeli.
En el año 2013, después de años muy desafortunados mi matrimonio hizo crisis y tome la decisión de divorciarme y continuar luchando por mis hijos y mi vida… pasaron tres años difíciles en los aspectos emocionales, sentimentales y económicos.
En el año 2016, estaba enfocada en la atención de mi padre quien estaba muy delicado de salud, yo creía ser una mujer sana. Un día al rasurarme las axilas me hice una cortadita, lo que me llevo a ponerme crema para que no me ardiera y al estármela aplicando sentí que tenía una bolita del tamaño de un cacahuate. No me alarmé, acababa de ir a revisión con el ginecólogo y me dijo que no tenía mayor importancia.
Más tarde volví a sentir la bolita, ya estaba más grande, habían transcurrido como cuarenta y cinco días, fue julio del 2016. Me empecé a preocupar y en agosto del mismo año se lo comenté a un amigo que está relacionado con el sector salud y fue quien me orientó sobre los pasos que tenía que dar.
Llegue al CECAN gracias a que contaba con mi seguro popular, me atendieron en el área de unidad funcional, me canalizaron para una biopsia. El resultado dio positivo de cáncer de mama.
Fui programada para una mastectomía radical, el 8 de noviembre, me retiraron 17 ganglios. El tratamiento fue seis quimioterapias y 25 radiaciones, las cuales acabo de terminar la semana pasada.
Mi experiencia ha sido difícil pues desde atravesar por la noticia, la incertidumbre de saber si viviría… y posteriormente la dolencia de la operación, los efectos de la anestesia hacían que todo me dieran vueltas y no razonara bien. Después vinieron los efectos de la quimioterapia que no solamente me hacían sentir mal físicamente, sus efectos tuvieron repercusiones emocionales. Fue duro ver como se me iba cayendo el cabello, las cejas, ver mis manos y sentirlas como si estuvieran quemadas, no tener ganas de comer y vomitar constantemente…decirlo ahorita es fácil. Todo esto me llevo a un descontrol emocional que provocaron en mi corazón sentimientos negativos: tristeza, enojo, frustración y sobre todo cuestionar a Dios de por qué me estaba pasando esto…Mi fe flaqueaba. Gracias a DIOS mi fe no desapareció, me dio fuerza para seguir adelante.
Ya casi son tres años de este evento desafortunado que me toco atravesar y hoy puedo decir que me siento muy bendecida Agradezco a mi Señor Jesús Cristo lo que ha hecho en mi vida y quiero dejar este testimonio.
Es necesario mencionar al grupo JUVECAN en el cual encontramos ese cobijo, ese abrazo que resulta ser un bálsamo en nuestras vidas, un lugar donde nos une la hermandad y superamos esos momentos de dolor, angustia y temor…JUVECAN es un pedacito de paraíso con seres maravillosos que Dios uso con sus dones y talentos para apoyarme en este difícil proceso…
Hoy quiero alzar la voz para ti mujer, pedirte con el corazón en la mano que no te confíes, no le des prioridad a otras cosas, no seas parte de las estadísticas y chécate, explórate, si encuentras algo anormal acude inmediatamente a buscar ayuda en el grupo JUVECAN se cuenta con la experiencia vivida y profesional de nuestras hermanas médicos que aparte de su conocimiento, saben lo que es padecerlo.