OpiniónPedro Peñaloza

Una vacuna inexistente

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Una vacuna inexistente

Por Pedro Peñaloza

“Si crees que la economía es más importante que el medio ambiente,

intenta aguantar la respiración mientras cuentas tu dinero”.

Janez Potocnik

Se ha anunciado, con dosis de optimismo, que es posible, antes de que termine el año, encontrar la vacuna para el Covid-19. En efecto, están en competencia la farmacéutica estadounidense Moderna, BioNTech (junto con Pfizer); así, como la firma china Sinovac Biotech; y, la Universidad de Oxford (con el laboratorio AstraZeneca), quienes han hecho públicos los avances de sus investigaciones. Aunque habría que precisar si las vacunas previenen la infección o la enfermedad. No es para menos el entusiasmo que han despertado los anuncios, el miedo colectivo y el encierro han tenido terribles efectos económicos y sociales en todo el planeta

Sin embargo, es necesario abordar la circunstancia actual con espejo retrovisor y con visión de futuro. Tengamos presente que en los últimos cien años se han desarrollado 8 pandemias y numerosas epidemias cada vez más peligrosas. Cuatro de éstas aparecieron en el siglo pasado. Las cuatro siguientes enfermedades infecciosas se produjeron en el siglo XXI, en el marco del comienzo de una nueva y grave crisis del Capitalismo, tal como nos lo recuerda Daniel Campos en su estudio marxista del Coronavirus. Era cuestión de tiempo que surgiera un virus como el SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19. Ya varios círculos científicos habían advertido su arribo y fueron ignorados por las instancias oficiales.

Por ello, es necesario plantear que la fenomenología de los virus, expandidos por distintas partes del mundo, obedecen a múltiples factores. Ya hemos vivido largos procesos de depredación y destrucción del medio ambiente, regidos y condicionados por la inagotable sed ganancias del Capitalismo en sus distintas fases de acumulación.

Estamos en presencia del peor de los mundos: ataques a la fauna, la flora, los ríos, a la tierra, el uso de energías fósiles, el calentamiento global, la producción intensiva de alimentos, etcétera; y, al mismo tiempo, el recorte a los presupuestos de salud y su creciente privatización. Además, como parte de éste panorama, los índices de pobreza y miseria crecen exponencialmente, donde el 1% de la población se adueña del 90% de la riqueza global, mientras entre seis y siete mil millones de personas carecen de comida, salud, salarios dignos y viviendas.

¡Qué bueno que se descubra un antídoto contra el terrible virus que hoy nos azota! Lamentablemente, las condiciones estructurales que favorecen la reproducción de nuevos virus permanecen intactas. Para la avaricia capitalista y la complicidad de los gobiernos no existe, hasta ahora, ninguna vacuna que los contenga. De eso hay que estar conscientes.

 

pedropenaloza@yahoo.com/ @pedro_penaloz