¡VÁMONOS PA’DELANTE!
¡VÁMONOS PA’DELANTE!
Por Ramón Durón
Ruíz (†)
Estamos en pleno adviento, es
decir, las cuatro semanas que anteceden a la Navidad, que no
es otra cosa que el tiempo de preparación espiritual para
la celebración de la llegada del Salvador, de Jesucristo hermano, humano,
humilde; tiempo para meditar el sentido de tu vida, espacio para la renovación,
época para reflexionar cómo puedes ser mejor como ser humano.
Y para ser mejor como ser humano puedes partir del
amor, recordando que es la fuente de la vida, porque tiene la magia de
transformar lo ordinario en extraordinario, porque es la experiencia vital que
te dice que estás aquí como parte del milagro de la vida no para sobrevivir,
sino para vivir cada instante a plenitud, cimentando una vida plena en
realizaciones, enamorándote de ti mismo, emancipándote de tus miedos,
enriqueciéndote hacia adentro y reconstruyéndote hacia afuera, sanando física y
espiritualmente.
Para ser mejor humano el viejo campesino ha
trabajado en diez principios para el adviento:
- Ejercitarte día con día para
fluir armónicamente con el universo, como fluye el agua del río hacia el
mar.
- Escucha los mensajes que la
vida tiene para ti, porque nada
te sucede por error, no hay errores, sólo mensajes, aprende a abrir los
ojos del alma y los oídos de tu corazón para sentir, escuchar, palpar,
sabiendo que llegan a ti no por casualidad, sino por la ley de la causa y
el efecto.
- Decreta: ¡HOY es el día más
maravilloso de tu vida!, porque la vida es lo
que decimos al universo, “es decir, la vida es lo que viene… no lo
que pasó”.
- “Saber que no eres responsable de la
cara que tienes, pero sí lo eres de la cara con la que sales diariamente
al mundo” y el buen sentido del humor ilumina
tu cara, te da un rostro que amorosamente refleja alegría, y unos ojos en
donde anida la sabiduría.
- Recordar lo que dicen las abuelas, que estás
aquí como parte del milagro de la vida para ser feliz: “Cuando vayan
mal las cosas… no vayas con ellas”.
- Disfrutar a plenitud la vida
en el milagro irrepetible del HOY, porque ahí se conjugan el
pasado, el presente y el futuro.
- Recuerda que
hacer buenos negocios, tener buena posición económica o social es parte de
la vida, no la vida misma, la razón de ésta es muy sencilla: ser
felices HOY… que lo demás llega por añadidura.
- Diariamente busca estar en
paz con el universo, con la vida, con la
naturaleza, con la familia, en el trabajo, con Dios… es decir, trabajar
amorosamente en la paz interior para estar en paz contigo mismo.
- Cada nuevo amanecer, en la
medida de lo posible, elude la mediocridad,
los seres superfluos, los egos inflados, los seres pequeños por una vida
llena de mezquindades, de violencia y desaliento, evita el odio y el
resentimiento, que en tu alma no anide el rencor, porque impide levantar
el vuelo, no te afanes en ser dueño permanente de la razón, aprende a
escuchar, no sólo con el sentido del oído, sino con los sentidos de la
vida… te ayudarán a crecer, a ser mejor.
- Aprende de todo y de todos, porque estás aquí
para aprender, para evolucionar espiritualmente, cuando llegue el éxito
recíbelo amorosamente, es producto de toda una vida de esfuerzo,
dedicación, empeño y sacrificio, pero cuando llegue el fracaso no lo
eludas, que frente a ti está el mejor maestro, escúchalo, tiene muchas
lecciones de amor para ti, porque los seres somos como los papalotes: “Sólo
nos elevamos contra el viento… nunca a favor de él”1.
Recuerda: para que el éxito llegue a ti “no requieres hacer cosas
extraordinarias, sólo hacer que las cosas ordinarias estén extraordinariamente
bien hechas”.
Para concluir cerramos con la anécdota del Filósofo
de Güémez, cuando su hijo Virulo, quien había puesto una carta a Santa
Claus en el pino navideño, se levantó en la madrugada para ver qué
le había traído, para su sorpresa era nada, pero viendo empañados los vidrios
de la ventana, los limpió, asomándose hacia el exterior, percibiendo que había
helado y los naranjos se estaban rajando, inmediatamente corrió a despertar a
su padre llevándolo a la ventana, cuando lo hizo que mirara hacia la huerta le
dijo:
–– Mira, ‘apá, se están rajando los naranjos.
El viejo Filósofo volteó a verlo cariñosamente y le
dijo:
–– ¡Mientras no nos rajemos nosotros! ¡VÁMONOS
PA’DELANTE!
Que lo mismo nos pase a los mexicanos, que ante
cualquier adversidad, circunstancia, problema, confrontación, no caiga el
desánimo, arriba corazones… ¡VÁMONOS PA’DELANTE!
1John
Neal