Veracruz, se institucionaliza la “licuadora” y el jineteo del erario
Veracruz, se institucionaliza la “licuadora” y el jineteo del erario
Línea Caliente
Por
Edgar Hernández*
No
basta que el gobernador Cuitláhuac García diga que eso de la licuadora –dinero del
erario en una gran bolsa- es cosa del pasado; tampoco los dichos del Secretario
de Finanzas, José Luis Lima Franco, sobre la entrega puntual de recursos y que
no se jinetea el dinero, cuando los hechos y las denuncias muestran lo
contrario.
Y por
si no fuera suficiente por estos días ha quedado al desnudo el monopolio
comercial del Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien obliga y coacciona a
los 212 presidentes municipales a comprar en su comercializadora “desde un clip
hasta un avión”.
Ya
desde el arranque de la actual administración, la Sefiplan quedó bajo sospecha
tras los repetidos préstamos millonarios a la banca privada y Banobras,
aduciendo la entrega irregular del presupuesto anual que oscila entre los 128
mil y 130 mil millones de pesos.
Veracruz
del 2018 a la fecha, carga deudas que no serán cubiertas antes del 2030.
Encima
el subejercicio anual –particularmente de la SIOP y la Secretaría de Salud- que
es donde está la clave del desorden financiero y el desvío de recursos, sin
contar los moches que ya mismo alcanzan el 70 por ciento lo cual impide incluso
la realización de la obra, es decir, se contrata la realización de la misma,
pero solo existe en el papel.
Evidencias
de lo anterior se han hecho públicas en años anteriores por los partidos de
oposición y más recientemente por los diputados federales y locales, también
opositores.
“No
hay licuadoras para tapar hoyos financieros, ni se jinetea el dinero a
municipios que se entrega de manera puntual”, dijo hace unos días el titular de
Finanzas ante la denuncia en el Congreso de la Unión por la demora en dos
ocasiones en lo que va del año, de la entrega del dinero destinado a los
ayuntamientos.
Lima
Franco de pronto olvidó que el 2 de noviembre del año pasado reconoció que se usaban
recursos públicos con fines especulativos “para utilizar los intereses bancarios
de manera discrecional”.
Semanas
después admitió que “SEFIPLAN depositó recursos económicos dirigidos a los
ayuntamientos de Veracruz, con al menos 6 días de retraso, pues tenían que
haberse transferido el 25 de enero y lo hicieron hasta el 31 de enero de 2022”.
¿Dónde
quedaron entonces los intereses que se generaron? Y lo más importante ¿Es tal
que se demoran los pagos para jinetear el dinero, por puro capricho o por
ineptitud técnica?
Ese
regateo de los recursos públicos evoca, en efecto, al pasado pero es un hecho
que se han recrudecido en el presente cuando llegaron los honrados, cuando ya
no son lo mismo, cuando se impuso el “no somos iguales”.
El
jineteo no es otra cosa más que un subejercicio para que con el dinero que se genera
por los intereses, se pueda disponer del recurso y utilizado a discreción por
Lima o el propio Cuitláhuac quien por tres años se ha empeñado en asegurar que
es honesto.
“Me
consta”, ha dicho el propio Presidente López Obrador, sin advertir que la
licuadora es un delito de desviación de recursos ya que el dinero de los
ayuntamientos no está etiquetado para un propósito especulativo.
Ayer
mismo el propio diputado federal Pepe Yunes, quien desde el debate por el
presupuesto 2022 ha venido denunciando la desaparición de programas sociales y
entrega de recursos para otros fines, hizo una importante adición que lesiona a
los municipios.
Dijo
que Sefiplan “si obtiene ganancias por el cobro del predial en lugar de los
municipios. Y es que aun cuando el dinero de la recaudación solo esté por 72
horas en manos del gobierno del estado, éste lo pondrá en los sistemas
financieros”, aseguró.
Será
una ganancia que difícilmente será trasladada a los municipios “aunque haya
salido de un dinero que es de la hacienda local”, sostuvo.
No
hubo respuesta del gobierno como tampoco las explicaciones sobre dónde quedan
los candados para regular ese dinero.
El
punto es que no existen.
Como
tampoco un freno para la comercializadora puesta en marcha por el Secretario de
Gobierno, Eric Cisneros que obliga a los municipios a comprar desde un clip
hasta un avión a su negocio del cual difícilmente se cree no esté enterado el
gobierno.
Pruebas
contundentes en contra del cobrador profesional del Bola #8, Jorge Ortiz, ex
secretario particular de Ricardo Ahued, las ha presentado el edil de Coatepec,
Raymundo Andrade Rivera, a quien este sujeto lo obliga a comprar papel, tonner,
camionetas con batea, coches utilitarios, camiones de recolección de basura,
mobiliario y uniformes.
“Prohibido
comprar nada fuera de la comercializadora”, les advierte Jorge Ortiz a los
ediles de los 212 municipios.
En
igual sentido se han manifestado los alcaldes que migraron a Morena para, según
el gobierno estatal, obtener los recursos con mayor rapidez, una rapidez que se
ve impedida por el jineteo del dinero y su destino etiquetado en favor de la
comercializadora o licuadora de Eric, que está protegida y avalada por ORFIS.
Ese
es el gobierno de la 4T en Veracruz, que no es el gobierno de la Cuarta
Transformación, sino un gobierno de cuarta.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo