Veracruz, una elección de estado
Veracruz, una elección de estado
El colaboracionismo de la
cúpula priista contra la alianza
A la
sordina y sin hacer campaña, sumado el acoso y amenazas a los actores
políticos, el encarcelamiento de candidatos ganadores, el reparto de dinero a
manos llenas en la víspera de la votación y la complicidad de una parte de
localizados consejeros de OPLE, dieron como resultado el aplastante triunfo a
Morena en Veracruz consumando así, una elección de estado.
Evidencias
de traiciones de “leales” a la propia alianza PAN-PRD-PRI; el inexplicable
carro completo en los Congresos -26 de 30 curules en la estatal y 16 de 20 en
la federal- y la victoria de más de 100 alcaldías, dejan bajo sospecha la
legalidad de la elección del pasado domingo.
Esa
apertura tardía de las casillas, la presunción de boletas electorales
decomisadas por la ciudadanía en Minatitlán; pescar a operadores morenos
repartiendo dinero en día de la elección y gestar aislados brotes de violencia
para inhibir el voto, fueron parte de la operación electoral.
Todo
ello previo al retiro de la policía local y quita de armas en plazas en riesgo
de derrota como Orizaba, Zongolica, Papantla, Jilotepec y Martínez de la Torre,
en donde, en ésta última plaza se consumó el secuestro de la madre del alcalde
Octavio Pérez Garay, Marina Garay, en clara advertencia al edil de que sacara
las manos de los comicios.
En
Coatzacoalcos la maniobra fue perfecta.
Siendo
la tierra de Rocío Nahle, quien tras la aplastante victoria electoral de Morena
se coloca al frente de la fila, la instrucción fue, aparte de la compra del
voto, alcanzar una mayoría numérica inobjetable.
Así la
numeralia no dio ningún chance a Carlos Vasconcelos quien iba por la Alianza
PAN-PRD-PRI y el resultado fue zapato; ni la casilla donde votó ganó ¿Qué pasó
ahí?… ¡Magia!
La
misma magia sucedió en Alvarado en donde los números están alterados en contra
del candidato ganador de la alianza PAN-PRD-PRI, Tavo Ruiz advertido de que
abandone el triunfo ya que su vida está en peligro.
El
ganador revela que el presidente de OPLE en Alvarado “negoció con la candidata
del Partido Verde, hasta lo vieron salir de su casa”.
Y en
Tuxpan José Manuel Pozos, de Morena, quien nunca puso un pie en los últimos dos
años en la región se impone de manera aplastante ante el asombro de Pepe Mancha
de la Coalición Opositora y el mismo Beto Silva del Verde, quien presumen
relleno de urnas y alteración de actas, todo un desmadre.
Y
todo suma.
La
sorpresiva visita del presidente López Obrador dos semanas antes de la elección
a la Costa Esmeralda quesque para supervisar y dialogar con ejidatarios
renuentes a ceder sus tierras para la terminación de un viejo tramo carretero.
Y
ese por demás sospechoso préstamo de último minuto de 2 mil millones de pesos
contratado por el gobierno de Cuitláhuac García. Fue un empréstito que se
sucede cuando su gobierno ha regresado 10 mil 403 millones
de pesos a la federación porque no los ejerció en obra pública.
¿Por
qué, ahora sí, en la víspera electoral contrató un nuevo crédito a pagar en 20
años?
A dicho
sospechosismo se suma una acción nacional con denominador común emprendida por
Morena y aplicada de manera localizada en Tamaulipas, Oaxaca y Tláhuac y Milpa
Alta, en la ciudad de México, que fue la de establecer un cerco intimidatorio,
violento y financiero que ató a la oposición, así como a una parte de la
estructura ejecutiva del OPLE para acomodar la elección y preferenciarla en
favor de Morena.
¿Por
qué Morena ganó todo el Noreste del país que incluye la costa del Pacífico,
justo donde está asentado el Cártel de Sinaloa?
¿Por
qué el presidente un día después de la elección da la gracias al crimen
organizado por no violentar la jornada electoral?
Un
ingrediente más en la operación electoral del pasado domingo lo constituyó que
Morena no hiciera campaña, nomás nunca apareció ante el electorado en buena
parte comprometido por los programas de apoyo y dádivas.
Había
que ganar pero en lo oscurito; lejos de los medios; con apoyo de los aliados y
los amenazados. Se fraguó desde antes. Se pactaron los triunfos, siempre con la
consigna de guardar silencio sepulcral.
Fueron
alianzas inconfesables.
Al
más viejo estilo priista y cuando se creía superado ese vicio electoral de
robarse la elección o permitir la injerencia del estado, a partir de la
creación del Instituto Federal Electoral, hoy Instituto Nacional Electoral,
Morena regresó a esas viejas prácticas del carro completo,
El
robo electoral, presuntos rellenos o sustitución de urnas con el apoyo de las
autoridades, la complicidad de localizados dirigentes políticos supuestamente
opositores fueron el nuevo estilo de la política electoral.
En
burda maniobra entreguista localizados dirigentes de partidos cedieron el
espacio a la causa de Morena.
Fuera
porque fueron objeto de amenazas y advertencias de proceder judicialmente
contra ellos o porque su interés era repartirse el botín en esa añeja dinámica
del partido patrimonialista, el caso es que finalmente abonaron a la causa
morenista.
Para
el caso del PRI fue notable y fuera de toda duda que a nivel nacional no se ganara
ninguna de las 15 gubernaturas en disputa para conservar cuatro entidades de
las 32 que conforman la República Mexicana, considerándose esta jornada como
una de las más humillantes para el tricolor.
De
ahí la exigencia de renuncia del dirigente nacional Alejandro Moreno.
El
caso Veracruz.
Para
el PRI fue humillante no ganar prácticamente nada en la disputa electoral
legislativa -26 de 30 uninominales quedaron en manos de Morena y sus satélites-
y sin alcanzar triunfos municipales de consideración alguna.
Eso
sí, quedaron a salvo y bajo resguardo las dos plurinominales a que tuvo derecho
el PRI por su pobre porcentaje electoral, mismas que serán para Marlon Ramírez
y su mecenas Anilú Ingram.
La
posición de Marlon al frente del PRI se vuelve insostenible dado el descrédito
ante su militancia, la sospecha de pactos bajo el agua, recibir dinero no legal
y tener encima una bola de denuncias ante tribunales.
El
dirigente del PRI, Marlon Ramírez Marín, tendrá que responder ante el Tribunal
Electoral (TEV), y la Fiscalía General de Veracruz, por violencia de género y
atropello a los derechos ciudadanos.
En
denuncia presentada por Víctor Trujillo Álvarez, candidato del PRI a la
presidencia municipal de Atoyac, depuesto en dos ocasiones por sospechosas
negociaciones de este cuestionado líder, advierte cárcel y deposición de la
diputación para Marlon.
Así,
pasada la borrachera del inexplicable triunfo electoral de Morena, alguien
tendrá que pagar los platos rotos.
Tiempo
al tiempo.