VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA, LOS PRINCIPALES “OPOSITORES” DEL GOBIERNO
VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA, LOS PRINCIPALES “OPOSITORES” DEL GOBIERNO
Por Aurelio Contreras Moreno
Entre los muchos rubros en los que el régimen
obradorista en su conjunto ha demostrado su lado más miserable, el tema de los
desaparecidos es uno de los peores.
Desde hace varios meses, los gobiernos de
Morena en todos los niveles, pero especialmente el federal, se pusieron una
meta: reducir –maquillar, mejor dicho- las cifras de personas desaparecidas en
el país de una manera grotesca, simplemente borrándolas de los padrones para
dar una imagen de que se “resolvió” el problema.
El pasado mes de marzo, la organización de la
sociedad civil Data Cívica dio a conocer la plataforma digital “Volver a
Desaparecer”, por medio de la cual contrastan distintos registros de personas
desaparecidas.
Entre sus hallazgos, detectaron que al
menos 10 mil 953 nombres de personas fueron borrados en el nuevo
censo que mandó hacer el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que, se
supone, deberían corresponder a personas que ya habían sido localizadas.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos
los nombres simplemente fueron borrados sin dar ni siquiera con indicios del
paradero de las personas desaparecidas, como lo corroboraron varias familias y
madres buscadoras. De un plumazo, el gobierno del “humanismo mexicano” los
volvió a desaparecer.
A ello hay que sumar la brutal indolencia de un
gobierno paranoico que en cualquier manifestación y reclamo porque cumpla con
sus responsabilidades ve un “complot”, una maquinación o, en el extremo de la
“conspiracionitis”, un intento de dizque “golpe blando”, y que bajo ese
pretexto se negó no solo a atender a los colectivos de búsqueda, sino que ni
siquiera los escucha. Ni los ve ni los oye, a lo salinista.
Ello ha obligado a las madres buscadoras a
hacer por su cuenta el trabajo que los gobiernos –los estatales, como el de
Veracruz, están igual o peor- han rechazado realizar: investigar, abrir la
tierra con sus manos y sacar los restos de quienes esperan sean sus seres
queridos, de los que no han sabido nada, en varios casos, desde hace más de una
década.
Una de ellas es Cecilia Flores, quien desde
hace meses tomó una postura firme y valiente de exigencia al régimen
obradorista, del que en un principio solo obtuvo desdén. Y ahora, una campaña
de descalificación con todo el poder del Estado. Como acostumbran estos
aprendices de tiranos.
Esta semana, Cecilia Flores dio a conocer el
hallazgo de lo que aparenta ser un crematorio y una fosa clandestina en las
inmediaciones entre las alcaldías de Iztapalapa y Tlalpan, donde había restos
óseos que, dio por hecho, correspondían a seres humanos, así como
identificaciones de personas.
En su cuenta en X, la madre buscadora publicó:
“Dos días llevamos en este lugar, trabajando, explorando, y encontramos restos
humanos en unas fosas clandestinas. Tenemos la esperanza que con la tecnología
que tienen las autoridades, puedan hacer algo por localizar lo que quede de
algunas personas aquí”. Sin descalificar ni echar culpas de algo a ninguna
autoridad.
Con una celeridad inaudita, la Fiscalía de la
Ciudad de México “encontró” en su casa a las personas cuyas identificaciones
aparecieron en el lugar y determinó, en un día, que los restos no correspondían
a seres humanos, sino a perros, lanzando a la par una campaña de desprestigio
contra Cecilia Flores. ¿Por qué? Porque cometió el “pecado” de acercarse a la
candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez, quien hizo lo que López
Obrador se negó a hacer: escucharla.
La increíble “eficiencia” de la Fiscalía
capitalina no deja conforme a nadie. Su titular, Ulises Lara, es el mismo que
para arribar al cargo se sacó de la manga un título en Derecho en cuestión de
días en una escuela “patito”; es el mismo que desestimó nuevas evidencias en el
caso del multihomicidio de la Narvarte que involucran directamente a un
empleado de la institución; y es el ex cuñado del jefe de Gobierno Martí
Batres, quien en “nado sincronizado” con el presidente López Obrador, salió a
decir que se trataba de un “montaje” con fines políticos, coro al que se
unieron varios medios afines al obradorato y hasta periodistas alguna vez
serios, “tetratransformados” en matraqueros.
La reacción de las autoridades ha sido la
constante durante todo el sexenio, que en muchos sentidos ha sido peor que los
anteriores ante las crisis humanitarias que aquejan al país desde hace más de
una década, y que fueron lo mismo incapaces que omisos –y quizás hasta
cómplices- para siquiera intentar atenderlas.
Otro organismo no gubernamental, Causa en
Común, publicó un posicionamiento en el que señaló que “es inaceptable que,
ante un país que enfrenta a diario la crisis de desapariciones y violencia, las
autoridades opten por desmentir y desacreditar las denuncias legítimas de la
sociedad civil. Es preocupante que se intente minimizar la gravedad de indicios
o posibles hallazgos de restos humanos, en vez de abordar con formalidad una
investigación seria. Y, por supuesto, es indignante que las autoridades
concluyan rápidamente sus investigaciones y que éstas siempre apunten a que las
madres que buscan a sus hijos no son más que ‘montajes’ con fines políticos”.
“Como ciudadanía no debemos perder la
capacidad de indignarnos ante la indiferencia y la negligencia con la que
nuestras autoridades tratan temas tan cercanos y delicados. El delirio de
persecución que ha desarrollado nuestro gobierno ha convertido a las víctimas
de la violencia en este país en los principales opositores de su gobierno”,
aseveró la ONG.
Cecilia Flores, a su vez, publicó en su red
social que “en la Ciudad de México existen tantas fosas como en el resto del
país, solo que aquí prefieren dejar a nuestros hijos enterrados o incinerados
antes de aceptar que hay una realidad que duele”.
Así de miserables son.
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras