Viejos los cerros
Los Políticos
Viejos los cerros
Salvador
Muñoz
La veo asomarse de su ventana en el tercer piso… antes me
saludaba cuando me veía pasar por el parque acompañado de Nina y Lucky, a quien
gustaba saludarlos y acariciarlos, hasta que ella dejó de pasear también por el
parque.
Ahora la veo, recargada en esa misma ventana de ese tercer piso…
pero su mirada prefiere perderse en el vacío, en un punto infinito… su cara ya
es triste.
Hace un mes la encontré… apenas si la reconocí con la mascarilla
y el cubrebocas pero ella sí me reconoció por mis canes…
Lo que iba a ser un saludo de paso se volvió en una descarga de
emociones después de que le pidiera que me saludara a su esposo… “Le dio
Alzheimer”.
Por eso dejé de verlos sentados en los bancos portátiles que sacaban
para disfrutar del parque. Por eso dejé de verlos caminar dando vueltas al
parque.
“Ya no puede caminar… es como si se le hubiera olvidado caminar…
a veces sólo se rueda en la cama… debo de cuidarlo cuando le doy de comer
porque luego se ahoga…”
Me cuenta que su hija, la hija que me decía que también tiene
perritos, viene por las tardes, después del trabajo, para ayudarla.
Creo que se quedó platicando como 15 minutos conmigo y de
repente pareció darse cuenta del tiempo. “Me tengo que ir”, tomó sus bolsas y
caminó como si lo hiciera en cámara lenta, no como si las bolsas pesaran sino
como su misma vida de tantos años hubiera tomado volumen sobre su espalda,
sobre sus hombros, sobre su figura.
La veo asomarse por la ventana… ya no me ve… su vista está en
otro lado… dejó de tener el brillo que tenía al lado del hombre que la
acompañaba en sus paseos por el parque…
II
No recuerdo qué amigo me lo dijo, pero estoy seguro que debió
ser de Morena: la pensión que recibe el abuelo es una forma de darle dignidad.
Vivimos en una sociedad donde ser viejo es malo… nos ubican en
una edad jubilatoria donde pareciera que se cancela cualquier intención de
trabajar aunque realmente llegando a los 40, dicen que es más complicado
conseguir chamba… por la edad.
Antes de la pandemia, para el viejo, la opción era meterse de
“cerillo”, pero ahora ni eso.
Antes se
decía que “viejos eran los cerros y reverdecen”… pero con tanta tala
inmoderada, tampoco se puede hablar de eso.
Ser viejo es
malo… no aguantas las desveladas ni a las que se desvelan… la vista se vuelve
tan mala que prefieres ver la viga que hacerte la paja… o algo así.
¡Huy! Pero si
es todo lo contrario, te llaman “Viejo rabo verde” como si los placeres
carnales fuera exclusivos para los jóvenes con jóvenes… el viejo no tiene
derecho a tenerlo derecho al lado de una jovencita o la señora alcanza el
título de Asaltacunas o Novedades… No ve edades…
Tenemos un
Presidente que encaja en la categoría de viejo… sí, dijera el ínclito, no lo
queremos como semental, lo queremos para gobernar; sí, aún está vigente el
exhorto: lo queremos para gobernar… y seguimos esperando.
La verdad yo
sí le tengo miedo a la vejez… no a la vejez del cabello blanco o de pérdida de
pelo… tampoco a la vejez de las arrugas o surcos… menos a esa vejez que hace
que las pinches letritas de los frascos de gotas para los ojos, sólo sean
legibles con la lupa de mi celular…
Tengo miedo a
la vejez de no poder valerme por mí mismo, de no poder ganar un salario digno
que me permita ser autosuficiente, de que no me alcance para pagar la luz
porque hasta donde sé, la CFE no hace descuentos a la tercera edad; de un día
perderme, no recordar a dónde iba, a qué iba, con quién iba… aunque también
tengo miedo a depender de una pensión que me dé el gobierno…
Decía ese
amigo que no recuerdo quién fue, que la pensión del Gobierno a los abuelos es
una forma de devolverles la dignidad, porque se sienten partícipes de la
economía, se pueden comprar sus cosas sin estar a expensas de alguien… puede
ser, puede haber cierta seguridad con unos billetes en la cartera, pero también
creo que es una forma de comprar un respeto que por el simple hecho de ser
personas, se debiera dar y tener. Tengo 52… voy para allá… cuando llegue si es
que llego, ya les podré platicar si mi percepción cambió.
smcainito@gmail.com