Violencia de Estado en Veracruz
Rúbrica
Violencia de Estado en Veracruz
Por Aurelio Contreras Moreno
Si la semana pasada se habló
en este espacio de la manera en que la violencia
jugó un papel determinante
en el pasado proceso electoral en el estado de
Veracruz, los últimos días
mostraron un recrudecimiento que va más allá de solo
afectar a los actores
políticos.
La exhibición del modus
operandi de la policía ministerial de la Fiscalía General
del Estado para realizar
cateos, a patadas contra los empleados de una abarrotera
a los que luego acusaron del
consabido delito de “ultrajes a la autoridad” –que no
se aprecia muy indefensa que
digamos en el video que circuló en redes sociales-,
solo confirma la tendencia
que se apreciaba desde hace varios meses: el actual
gobierno de Veracruz va que
vuela para ser uno de los más represores y violentos
de la historia reciente de
la entidad.
Porque aun y concediendo que
verdaderamente los detenidos hubieran estado en
posesión de drogas, nada
justifica la golpiza que les dieron en la bodega ubicada
en el municipio de Río
Blanco, pues no hay evidencia de que se resistieran a lo
que se anunció como un cateo
para buscar a una persona presuntamente
secuestrada, misma que los
uniformados no encontraron.
Como tampoco se justifica
que, como denunció el propietario de la bodega, José
Antonio May González, los
policías sustrajeran el dinero que encontraron, por una
suma de un millón y medio de
pesos –que eran para el pago de la nómina de los
trabajadores y de los
proveedores, de acuerdo con la versión del empresario
afectado-, y tampoco que
destruyeran las videocámaras de vigilancia para aplicar
sus “modernos” métodos de
seguridad pública, mismos que quedaron expuestos
gracias al respaldo de
imágenes que logró rescatarse.
A ello se suma una más que
deficiente procuración e impartición de justicia, la
marca de la casa de la
Fiscalía General y del Poder Judicial del Estado. Las
detenciones se llevaron a
cabo el sábado 19 de junio, pero tardaron una semana
en vincular a proceso a los imputados.
Y si informaron de ello, fue porque ya había
llegado a los medios la
denuncia del empresario sobre los abusos cometidos por
la policía ministerial.
Por desgracia, nada parece
inmutar a quienes tienen en sus manos el poder en el
estado. Hacen y deshacen,
amenazan, agreden, amagan, reprimen, todavía más
ensoberbecidos por un
resultado electoral que saben perfectamente cómo
lograron en gran parte del
territorio veracruzano: a través del miedo, del
amedrentamiento y de la cada
vez más evidente operación de grupos
delincuenciales en favor de
los candidatos oficiales.
Para muestra, el artero
asesinato este mismo fin de semana del activista social y
político opositor Felipe
Goné Rodríguez, quien fue ejecutado al estilo del crimen
organizado luego de
interponer una denuncia ante la propia Fiscalía General del
Estado por la quema de las
boletas de la elección para la presidencia municipal de
Álamo, cuando ya se había
acordado el recuento total de los votos que le daban la
victoria por una diferencia
mínima a Morena.
Así, el estado “en calma”
del que hablan en las ficciones cotidianas de la “4t”.
En manos de los militares
Mientras tanto, avanza la
militarización del país con el reconocimiento –tres años
después- de la adscripción
castrense de la Guardia Nacional –que de civil jamás
tuvo nada-, al tiempo que la
mismísima Secretaría de la Defensa Nacional le entra
de lleno a la manipulación
mediática –ya difunde fotos truqueadas para no afectar
a Morena-, que es el “alma”
de la dizque “cuarta transformación”.
Lo mejor de todo es escuchar
las justificaciones de los aplaudidores del régimen,
que antes condenaban lo que
ahora aplauden, literalmente, a rabiar.
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