Violencia política a tope
Violencia política a tope
Por Aurelio
Contreras Moreno
La violencia es sin duda el otro de los principales
rasgos característicos del actual proceso electoral cuya fase de campañas habrá
de terminar dentro de exactamente una semana.
La ejecución a plena luz del día de Alma Rosa Barragán
Santiago, candidata de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Moroleón,
Guanajuato, mientras recorría una zona rural de su municipio, se suma a la
desbordada ola asesina que azota a candidatas y candidatos a diferentes cargos
de elección popular en todo el país.
De acuerdo con el Cuarto Informe de Violencia Política en México de la consultora Etellekt, han sido
ultimados 88 políticos durante el proceso electoral de este año, de los cuales 34
eran aspirantes y/o candidatos a diferentes puestos de elección popular, sin
que haya avances prácticamente en ninguna de las respectivas investigaciones.
No debería sorprender tampoco. De la
violencia discursiva que priva en el intercambio público a la violencia
sangrienta en las campañas media una muy delgada línea, de lo cual “convenientemente”
ninguna autoridad, de ningún nivel, se hace cargo.
Lo mismo los panistas guanajuatenses
que los priistas mexiquenses, los perredistas michoacanos y los morenistas veracruzanos.
La violencia pareciera serles ajena. Incluso cuando cobra la vida de personas
de manera brutal. Ni hablar del gobierno federal, que es incapaz de asumir
responsabilidad alguna de nada de lo que sucede en el país.
El mismo reporte de Etellekt Consultores señala que
Veracruz es la entidad con el mayor número de agresiones contra políticos con
45 denuncias, que se han reflejado en asesinatos como el de Gladys Merlín y su
hija Carla Enríquez en Cosoleacaque, el de José Melquiades Vázquez Luna en Mariano
Escobedo o el de José Alfredo Gaspar Gutiérrez, por mencionar los más recientes.
Pero este clima de agresiones también ha provocado la
renuncia de por lo menos tres candidatos que abandonaron la contienda en la
entidad veracruzana: Érika Cortés, abanderada del Partido del Trabajo a la
alcaldía de Cuichapa; Francisca Morales, candidata del PRI en Mixtla de
Altamirano; y Rubén Salinas, postulado por el PAN en Playa Vicente. Todos
acusan un grave riesgo para su integridad personal y para su vida misma.
Asimismo, se reporta que la regidora quinta
del Ayuntamiento de Perote, Angelina Zavaleta Córdoba, desapareció desde el
pasado domingo 23 de mayo. Ella había denunciado violencia política de género
por parte del presidente municipal Juan Francisco Hervert Prado.
El crimen organizado pareciera emerger
como el gran elector en esas zonas en las que solo su ley, la de la plata o
plomo, impera. Y ésa resulta ser la disyuntiva para cualquier aspirante a un
cargo que les resulte incómodo o poco conveniente para sus intereses: o se
retiran de la contienda o se atienen a las consecuencias.
Pero tampoco se puede dejar de lado
que desde las mismas estructuras de poder político se alienta esa violencia de
diferentes formas. Valga mirar otro de los datos del informe de Elletek: 75 por
ciento de los políticos asesinados en el país en este proceso electoral han
sido opositores a los gobiernos de los estados en los que vivían.
Sin embargo, no se preocupe: tenemos
el beisbol.
A las aulas, por sus…
pistolas
La necedad y la abyección siempre
tienen un costo a pagar. El mismo que habrán de asumir Cuitláhuac García
Jiménez y Zenyazen Escobar por arrastrar a los estudiantes del estado a un
regreso a clases presenciales en medio de una crecida de contagios en las
principales ciudades de la entidad.