VOLVER AL PASADO
VOLVER AL PASADO
Pedro Peñaloza
“Antes
de embarcarse en un viaje de venganza, cava dos tumbas”.
Confucio
El proceso político y social
que vive México no puede ser más grave y así lo muestran varios indicadores de
distinta naturaleza que han favorecido la polarización e incapacidad para
construir acuerdos entre las distintas expresiones partidarias.
Un elemento que da contexto a
la nueva realidad es el aplastamiento electoral y una oposición desacreditada,
ausente en las luchas sociales y con dirigencias concentradas en apropiarse
presupuestos millonarios y escaños parlamentarios. Un caso que muestra la
crisis y ausencia de autocrítica postelectoral es la modificación de los
estatutos y la reelección de “Alito” Moreno, donde se refleja la enfermedad
terminal del PRI.
Por su parte, la prepotencia
por parte de las huestes morenistas, empezando por el inquilino de Palacio, nos
ha instalado súbitamente en los tiempos del viejo régimen priista, esto nos
recuerda el viejo Marx: “la historia ocurre dos veces: la primera vez como
una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”. Baste hacer
memoria de los reflejos que regulaban el código del bloque tricolor, a saber,
una combinación de gotas de diálogo, férreo control clientelar y represión de todo
tipo.
Lo que hoy tenemos es muy
parecido: unas cámaras repletas de porristas de la 4T, gobernadores abyectos,
un poder presidencial monárquico y próximamente un poder Judicial al servicio
de la clase política dominante.
Si bien Morena se asume como una
“nueva cara” y declaran ser una “transformación” en la historia del país,
carece de una posición estructurada y una ideología clara. Hoy es una bodega de
cartuchos de múltiples orígenes compuesta de antiguos “radicales”, supuestos
“enemigos del capitalismo”, que abrazan en el poder las peores prácticas del
autoritarismo y conviven sin problema con la dominación del “neoliberalismo
social” que pregona AMLO y ratifica Sheinbaum.
¿Qué tipo de régimen es aquel
que persigue, miente y exhibe los ingresos y salarios de personas que no son
funcionarios públicos? El de la “revolución de las conciencias”. El comisario
del pueblo, Pablo Gómez, da a conocer cuánto ganan los periodistas de la
empresa Latinus sin ningún remordimiento.
El propio presidente y Gómez
mienten al señalar que no persiguen a periodistas, ya Peniley Ramírez,
columnista de Reforma, mostró que la UIF sí pidió información de los
movimientos bancarios de Loret de Mola y otros. Es decir, estamos en presencia
de un gobierno que busca desprestigiar a periodistas incómodos por escribir y
difundir sus pillerías.
En fin, se avecina un
morenismo con afanes destructivos de las instituciones democráticas y
perseguidor de críticos, motivado por la venganza. Es un burdo regreso al
pasado.
@pedro_penaloz