Vox veracruzano
La recepción que Senadores
panistas hacen en el Senado al dirigente del partido español Vox y la firma de la
Carta de Madrid, son preocupantes por el extravío, el desconocimiento o la
irracionalidad de aquellos senadores que firmaron y dieron el beneficio de la
acogida a la representación de esa fuerza política española que se sitúa en un
extremo, donde es difícil pensar que se puedan tener coincidencias.
Los extremismos siempre han
existido y con ellos se encuentra la lógica de pensar en muchos momentos de la
historia en la posesión de verdades absolutas, de visiones de exclusión e
intolerancia. Constante y peligrosamente presentes a nivel mundial en diferentes
ámbitos, las manifestaciones de estas concepciones extremistas han dado muestra
de una fuerza que ha marcado con dolor y muerte a millones, han estado y están
acechando en muchas partes o dominando en otras.
Reconociendo la existencia
de posiciones extremistas en nuestro país, creo que pocos nos hubiéramos
imaginado un evento de las características que vimos con la firma de esa Carta
de Madrid que busca frenar el comunismo, quedando la impresión de no haber
calculado los impactos negativos que acarrearía a su partido. El mismo que aun con
su yunque interno, tienen una larga carrera de años enarbolando discursivamente
sus afanes democráticos y de centro.
La pobre argumentación justificadora
de quienes firmaron y se han atrevido a hablar, devela la incapacidad para
calcular los daños que se generaron partidaria y personalmente. Su visceral animadversión
contra lo que no han podido enfrentar con mejores argumentos o acciones, su indefensión
frente al grupo político dominante en nuestro país, que los embate con olas que
impactan mucho más allá que sus propias firmas.
La oposición cercada,
incapaz de argumentos alternativos de peso, al menos esa parte firmante, se
asume como salida al extremo patético de las intolerancias, las exclusiones, el
racismo que representa Vox, poniéndose en la mejor forma para que sus
antagonistas muestren que no estaban equivocados al llamarlos conservadores, derechosos
rupestres con búsqueda de privilegios que están muy lejos de las demandas de
una sociedad como la nuestra.
Es claro que lo que menos
necesitamos para sacar a nuestro país de los graves problemas que padecemos son
esas visiones y hechos reduccionistas que los extremos plantean y que implican
la cancelación de los diálogos democráticos que necesitamos. Acentuar las
diferencias, establecer la cerrazón tan solo insiste en la polarización que se
establece como lugar de privilegio para el mantenimiento y fortalecimiento de
visiones de conmigo o contra mí, que en nuestro país está más que claro que están
muy lejos de encontrase en un solo frente.
Los alcances del hecho
sucedido, el impacto sobre la vida interna panista, de su presencia social y su
capacidad para recuperarse en tanto parte de lo que han denominado bloque
opositor están por verse.
Sobre el personaje
convocante, el veracruzano coordinador de los Senadores panistas, el futuro no
es bueno, su balbuceo de respuestas, su falta de tino o la desnudez de su
querencia ideológica, lo ponen en un predicamento mayor, que seguramente tendrá
impactos nacionales, junto a su compañera senadora veracruzana y también
firmante, también ponen su sabor a la vida política estatal.
LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Sin crítica a la violencia
contra ellos, dice Solalinde que los migrantes son utilizados como mano negra
para lastimar al gobierno. ¿Y la pobreza, el terror y el hambre de la que huyen?
Ver para creer.
Twitter: @mquim1962
“De dos peligros debe
cuidarse el hombre nuevo:
De la derecha cuando es diestra, de la
izquierda cuando es siniestra.”
Mario Benedetti