XALAPA, HASTA LA MADRE DE AHUED
XALAPA, HASTA LA MADRE DE AHUED
Por
Edgar Hernández*
La
ciudad capital, Xalapa, es un caos.
El
tráfico está desorbitado, la gente irritada, los daños a los automóviles cuantiosos,
los agentes de tránsito en plena extorsión so pretexto de nada, los
delincuentes en grúas haciendo su agosto y las pérdidas horas-hombre
incalculables.
Ya son
muchos meses en los que se observa una ciudad en estado de guerra.
Hoyos,
hoyancos y barrancas, escasez de agua y apagones han sido el escenario de los
últimos ocho meses. Hay obras públicas que se iniciaron, solo se iniciaron,
para después quedar abandonadas.
El
acalde Ricardo Ahued quien arrancó con todas las expectativas y respaldo, hoy
es recordado por los capitalinos de otra manera. Ello por más que advierta que
no permitirá más dilación en la obra pública, ni la corrupción y mucho menos
los moches.
En
visitas sorpresa, el edil ha descubierto obras de bacheo paradas e incluso sin
la maquinaria dispuesta, lo cual le ha provocado un disgusto momentáneo ya que
no se sabe, al menos de manera pública, de cancelaciones a los prestadores o
que se hayan fincado responsabilidades de carácter civil ante la autoridad.
La
peor estrategia que ni un subdirector de obra pública aplicaría, fue abrir 50 frentes
de reparación de bacheo y construcción de nuevas calles por toda la ciudad.
A
ello se sumó, en parte, el ordenamiento del drenaje público, reparación de colectores
obsoletos o en mal estado y la energía eléctrica subterránea donde se requirió.
Todo
ello a la vuelta de los días, semanas y meses, dieron lugar a la gestación de
un paraje lunar.
Al principio
el ánimo colectivo fue en el sentido de aceptar que eran obras que provocarían
molestia pero con beneficios a futuro, sin embargo, la irritación ciudadana
creció y creció hasta la histeria y maledicencias al quedar prácticamente
congestionada la ciudad.
Ya
mismo atreverse a entrar al centro histórico, incluso caminando, es toda una
aventura.
Hay
quienes para llegar a su domicilio tienen que brincar bardas y, en esta época
de lluvias, saltar hoyancos para finalmente llegar a su destino con el lodo
hasta las rodillas es lo común.
Y no
hay para cuando. Se dice que para fin de año y se asegura también –como dice la
canción- que para abril o para mayo, pero…
Ello
tiene muy molestos a los jalapeños y obviamente ha golpeado la imagen pública
del alcalde por más que sus apologistas lo justifiquen e incluso, lo consideren
el próximo candidato de Morena a la gubernatura, cosa que jamás ha pasado, ni
pasará, por la mente de Cuitláhuac, ni de su patrón que en abierto le apuestan
a Rocío Nahle.
A la
par del problema de la obra pública y los abusos de autoridad se suma un tema
al que Ahued le apuesta al olvido, el caso Hipólito.
Se acerca
la fecha del primer año de gestión municipal y no hubo poder ni ley alguna que
permitiera llevar a su antecesor, Hipólito Rodríguez, a rendir cuentas en torno
al peor de los mandatos que registra la vida pública en Xalapa.
La
impunidad impera so pretexto de que no se puede barrer para atrás, ni averiguar
qué pasó con los dineros desviados en el organismo del agua CMAS, ni las
raterías consumadas y comprobadas en las luminarias públicas que resultaron un
fiasco, ni el monto real de los subejercicios de su administración que
alcanzaron hasta el 70 por ciento del presupuesto anual.
No
hay registro de los más de 80 aviadores que el raro exalcalde llevó en su
administración ¿siguen cobrando?, ni del nepotismo empezando por sus hijastros
en CMAS, menos de sus equiperos que hasta sus mascotas metieron a la nómina.
Nadie
se ocupa de indagar las causas del por qué no se aprovechó el crédito de 60
millones de dólares entregados por el Banco Interamericano de Desarrollo para
la compra de un Biodigestor que terminaría con el problema de la basura y menos
que pasó con los presupuestos para programas de limpia pública y seguridad
municipal.
Al
inicio de la administración de Ahued declaró que había investigaciones en
curso, pero de pronto todos –ORFIS incluido- guardaron silencio.
Es
por ello que el funesto Hipólito, compadre de Manuel Huerta, aliado en
intereses financieros con el secretario de Gobierno, Erik Cisneros y protegido
forzoso de Cuitláhuac, sigue en la impunidad.
Ello
pone en tela de juicio la imparcialidad y respeto a la ley que debe acatar
Ahued a quien por lo visto poco importa la impunidad con que se mueve el ex.
¿Y
así quiere ser gobernador?
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
Si de confiar se trata los
sondeos estadísticos son la peor herramienta para medir la preferencia
ciudadana.