XALAPA SIN TRANSFORMACIÓN
Por Uriel Flores Aguayo
Del sensato e inocuo lema de «Florece Xalapa» esta
administración municipal pasó al de la «transformación» para estar en
la moda política nacional. A excepción de su raquítica proyección pública y
escaso contacto popular sería algo exagerado afirmar que este presidente y sus ediles
son lo peor que le ha pasado a XALAPA. Más o menos hicieron lo que siempre se
ha hecho, a lo mejor con mayor pulcritud en el manejo financiero y de obras,
pero eso está por verse. Pienso en un problema de expectativas. La alta
votación del candidato Hipólito, y la debilidad de sus contendientes, hicieron
creer que su gobierno sería novedoso y de cambios profundos. Sus votantes
esperaban mucho más de él pero por algún tipo de creencia providencial o
absoluto desconocimiento del origen de los recursos municipales. Al no haber
pasado nada extraordinario con este alcalde, sobrevino una ola de profunda
decepción y apatía.
Hipólito es un ejemplo real, vivido por los xalapeños, de que el
ejercicio político requiere ciertas características y que no es cuestión de
voluntarismo. Su actividad académica no es suficiente y tal vez tampoco idónea
para ocupar un cargo edilicio. Siempre es un reto mayúsculo transitar de la
teoría a la practica; son casos de excepción quienes lo logran. Evidentemente
no está en ese supuesto el presidente Hipólito. Su segunda, la Sindica Ivon
Cisneros, de origen universitario y con aires de izquierdista, simplemente
abandonó el cargo, sin justificación, para ir por puestos federales, siendo
desleal con sus electores. Esta funcionaria hizo lo que se hacía en la vieja
política; si habla de cambio lo hace de broma. Tal y como lo hacía el vetusto
PRI la mayoría del partido morena puso sus colores a la identidad del
Ayuntamiento xalapeño, como si no gobernara para todos. Además de un
anacronismo es ridículo continuar con ese tipo de prácticas. De esa manera se
muestran como cualquier tipo de políticos, tradicionales. Hablar de una
transformación, propaganda y cantaleta, con abusos anti democráticos de ese
nivel, es una burla.
La amplia mayoría morenista en el Cabildo le permite acuerdos
fáciles al alcalde, pero no mostró calidad ni eficacia en el gobierno de la
problemática y retos de XALAPA. En general estamos ante ediles desconocidos,
sin relevante vida pública, sin opinión ni presencia. Estos rasgos incluyen a los
de oposición. Hago un paréntesis para reivindicar el papel cumplidor de la Sindica
Aurora Castillo, quien conservó la sensibilidad adquirida en su formación
militante como gente de izquierda comprometida socialmente, y el del regidor
Justo Fernández, siempre con posiciones claras y críticas. De los demás, ni sus
luces. Ausentes de la conversación pública, cómodos y elusivos de sus
responsabilidades.
Esta administración municipal, igual que sus
antecesoras, hizo lo de siempre: proveer ciertos servicios básicos y realizar
algunas obras públicas. La ciudadanía paga específicamente dichos servicios,
como ocurre con la recolección de desechos y el agua potable, aporta un
porcentaje para obras y cubre los costos de actas y certificados. Es
notablemente poco lo que recibe del Ayuntamiento sin que tenga que pagarlo. La
falla mayor de este gobierno municipal es su ausencia cómplice en los
atropellos y abusos que sufren los xalapeños a manos de la policía estatal y
los agentes de tránsito. Por su omisión deja a la ciudadanía en la indefensión
ante las fuerzas policiales. Tales afectaciones a derechos y tranquilidad ocurren
en los retenes y en los operativos de las grúas privadas. En eso se agravia y
despoja a la gente sin que haya algún tipo de intervención del Cabildo. La que
es la primera instancia de autoridad, la municipal, es desplazada por
funcionarios estatales no electos y casi siempre provenientes de otros lugares.
En esas situaciones, asuntos de seguridad ciudadana y la nula política pública
en materia de transporte urbano, radica el reclamo que se debe hacer al Cabildo
xalapeño por su inutilidad. El colmo: parecen no haberse dado cuenta lo que
tenían que hacer al respecto, es decir, intervenir en la defensa de la gente
ante los abusos de autoridad. Como qué tal situación les resultó ajena, sin
voluntad política, autoridad y valor para encarar a los jefes policiales.
Fueron omisos y cobardes.
Sería exagerado decir que resultaron lo peor como se ha
generalizado entre opinadores y ciertas franjas de la población. Sin embargo,
tampoco hay bases para hablar de esa transformación a la que les gusta
referirse. Más bien pasaron sin pena ni gloria, como uno más de los Gobiernos
que hemos tenido. El refrendo partidario para el relevo próximo poco o nada
tiene que ver con ellos. Con ellos pudimos ver una versión de un gobierno auto
definido de izquierda sin que aparecieran los resultados que uno esperaría. No
hubo más democracia ni las visiones y creatividad que reclaman los nuevos
tiempos. En unos días pasarán al olvido, dejando como pendientes lo que debe
ser un gobierno municipal de izquierda democrática.
Recadito: todo es tan artificial que un Senador con dos videos y
un Diputado con algunos actos ponen a temblar nuestra mediocre realidad
política.