¿Y PROTECCIÓN CIVIL?
¿Y PROTECCIÓN CIVIL?
René Sánchez García
Llegó
nuevamente a Coatepec el mes de septiembre. El noveno mes del año llama la
atención a los pobladores y visitantes no sólo por las festividades civiles del
Mes de la Patria, sino también por ser el mes más esperado por los creyentes
católicos de este lugar, por celebrarse una vez más, la tradición religiosa más
importante, festejar y honrar al Santo Patrono, esto es, a San Jerónimo, que se
viene realizando desde los primeros años de su fundación.
Este mes patrio coincidió en
Coatepec con la reparación de algunas de las calles o arterias pegadas al
centro histórico de este Pueblo Mágico, la instalación en el Parque Miguel Hidalgo
de carpas para exponer libros nuevos y usados para motivar la lectura de los
niños, jóvenes y adultos de la localidad, así como diversas actividades de tipo
deportivo (carreras y paseos en bicicletas, entre otras más), que hacen
atractivo a este mes de septiembre.
Si existe algo que se debe
resaltar es el respeto de la ciudadanía coatepecana a este tipo de eventos
civiles y religiosos. Lo que ninguna autoridad previó con anticipación es el
caos vehicular que se suscita en casi todas las calles de esta ciudad. Las
principales arterias del centro y de las cercanas a ellas, desde temprana hora
se saturan de autos, camiones y motos, mismos que causan saturaciones vehiculares,
estacionamientos en doble fila, invasión de lugares públicos prohibidos y el
enojo y desesperación de los transeúntes.
El problema se agudiza en las
calles donde se realizan los arcos florísticos que son colocados los días 29 de
septiembre de cada año. Estos bellos arcos que aumentan cada vez, con el fin de
que no se pierda dicha tradición y en donde participan adultos, jóvenes y niños
en edad escolar, hacen cada vez más que la circulación de autos sea más
complicada para los conductores y de peligro latente para las personas que
transitan a pie diariamente. En todos esos días de la elaboración de dichos
autos no se nota la presencia de los elementos de Protección Civil.
Déjese de lo anterior, sino
que quienes habitan muy cerca de los lugares donde se confeccionan, tienen que
soportar durante más de 20 horas de gritos despavoridos, música a alto volumen,
ruidos de clavos y martillos, peleas alcohólicas callejeras y bailes populares
los días 29 y 30 de dicho mes. Y nuevamente, es menester señalar que ninguna
autoridad de seguridad se aparece para ver de qué manera se desarrollan los comportamientos
humanos. Por lo que la única solución es tener individualmente y en familia, el
aguante necesario para resistir 15 días continuos.
Nadie con poder ha pensado en
que debe buscarse un lugar cerrado donde puedan elaborarse estos bellos arcos,
como lo sería el Campo Deportivo López Mateos, o bien, destinar el barrio de
“Los Carriles” para que allí se confeccionen cada año. Allí, cómodamente los
turistas y los interesados en estos eventos del pueblo, puedan observarlos,
realizar entrevistas, obtener fotografías e interactuar con todas esas manos
laboriosas que lo hacen realidad. Pero no, es mejor soportar el caos y esperar
los accidentes que no deseamos.
Mientras nada sucede, la
población católica espera la tradicional “Bajada de los Arcos” del día 29 y la
fiesta religiosa que se lleva a cabo en las instalaciones de lo que los
coatepecanos llamamos “Nuestra Parroquia”.
Mi deseo es que todos mis paisanos asistan y se diviertan sanamente y
que “Protección Civil” reporte una fiesta sin ningún hecho delictivo o como
ellos dicen: “Con saldo blanco”.
sagare32@outlook.com