¿Y si No Hubiera Partidos Políticos?
[responsivevoice_button voice=»Spanish Latin American Female» buttontext=»Pulsa para escuchar la nota «]
Por Armando Antonio Rangel González
Hace unos días el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó destinar 5 mil 239 millones de pesos para el financiamiento público de los 7 partidos políticos nacionales para el próximo año 2020; cifra que representa un aumento del 11% con respecto a lo autorizado este 2019; pero además, se trata de un incremento que se considera totalmente injustificado, tomando en cuenta que, al igual que este año, no se organizarán elecciones a nivel federal.
En su distribución por partido político, MORENA recibirá 1,717 millones 916 mil pesos; el PAN 950 millones 407 mil pesos; el PRI 896 millones 97 mil pesos; el PRD 445 millones 747 mil pesos; el PT 391 millones 623 mil pesos; el PVEM 426 millones 189 mil pesos y MC 411 millones 19 mil pesos. Pero, ¿qué significa esta distribución?, se puede observar que a MORENA se destinará el 33% del recurso total, es decir, 3 de cada 10 pesos destinados, lo que representa el doble del presupuesto que recibirán el PAN y el PRI; pero aún más dramático, el partido hegemónico de la Cuarta Transformación, percibirá más de lo que recibirán en su conjunto el PRD, MC, PVEM y el PT.
Para apreciar aún más la magnitud de este presupuesto, podemos decir que diariamente los partidos políticos gastarán más de 14 millones de pesos, o lo que significa, cerca de 10 mil pesos cada segundo que pase. Es por ello que la reflexión con la que se titula el presente artículo tiene cabida, ¿qué pasaría si no existieran los partidos políticos?, si ésta fuera una realidad, los más de 5 mil 200 millones de pesos se podrían transferir para todos los municipios del país (2,435), lo que significaría destinarles de forma adicional, directa y equitativa más de 2 millones 151 mil pesos, que para muchos municipios del país representa todo su presupuesto para un año de ejercicio, el cual se podría traducir en obras y acciones encaminadas a combatir la pobreza, la marginación, el rezago y la desigualdad.
Más aún, si tomáramos como referencia el Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Veracruz para el presente ejercicio 2019 y si pudiéramos distribuir los recursos destinados a los partidos políticos para el 2020, se podría duplicar el presupuesto destinado al rubro de la seguridad pública (una de las prioridades para muchas familias), o se podrían cuadruplicar los recursos destinados a la construcción de importantes obras públicas (que tanta falta le hacen a muchas regiones del Estado).
Desde luego que considero que actualmente no sería posible vivir sin partidos políticos; no obstante, es justo reconocer que a partir de hace algunos años se han abierto y reconocido los espacios que la ciudadanía libre ha impulsado para participar en los temas electorales, por lo que desde la sociedad, se han alcanzado espacios en diferentes niveles, local y federal, con dignos representantes, tanto hombres y mujeres que han hecho valer la voluntad de las y los ciudadanos.
La crítica que se hace ahora, es al presupuesto que se destina para los partidos políticos; recursos que para el caso de nuestro país se requieren con mayor prioridad en diferentes sectores y regiones, las cuales presentan rezagos muy marcados. Sería importante analizar no la forma de distribución de los recursos a los partidos, sino de verdad la exigencia de no destinarles recursos, mismos que pudieran considerarse como nada productivos, por lo que debemos idear y diseñar mecanismos más equitativos y transparentes para la organización de las elecciones, sin afectar desde luego la democracia en México.
Lo importante sería que todos – Gobierno Federal, Congreso de la Unión, partidos políticos y la sociedad en su conjunto – analizáramos esquemas más justos, equitativos y transparentes, que fueran lo menos gravosos para la economía del país y que se conviertan en ejercicios eminentemente ciudadanos y ante todo, democráticos. Considero que es posible, existiendo voluntad y compromiso de todos como mexicanos, pero debemos asumir una premisa, trabajar siempre “haciendo lo correcto”.