Y TÚ, ¿GRABASTE MÚSICA DEL RADIO EN CASETES?
Y TÚ, ¿GRABASTE MÚSICA DEL RADIO EN CASETES?
• Hoy se cumplen 60 años de la
invención del casete.
Cargar
casetes en las bolsas de la chamarra y dos pilas doble A de repuesto era
indispensable para darle significado a esas travesías en camión por la ciudad
rumbo a la secundaria o la prepa.
El
Walkman comenzaba a arrastrar los carretes del casete grabado u original y de
repente las calles, los pasajeros, el clima y la vida en general comenzaban a
cobrar un sentido particular para cada uno de quienes usaban ese dispositivo.
Aunque
para muchas personas no era tan fácil comprarlos, la mayoría de las grabadoras
de la década de los ochenta tenían doble casetera, y se podían comprar casetes
vírgenes con los fayuqueros de la calle Hidalgo o el pasaje Bocanegra o en las
famosas importadoras con las que Jacobo Payán se hizo millonario.
Se
podía grabar música de un casete original que alguna amistad prestara o
directamente del radio. Mucha gente recuerda sus grabaciones con cariño y otros
más aún los conservan. Había que esperar con los dedos puestos en el “record” a
que estaciones como Stereorey, Radio Sensación o FM Globo Stereo (“con música
en tu idioma” citaba el jingle) pusiera la canción favorita para apretar el
botón y conseguir la canción de moda o la de nuestros grupos favoritos.
Cuando
se tenía la oportunidad de comprar un casete, muchas personas le ponían cinta
Diurex a los rótulos del lado B y el lado A para que el uso continuo no los
borrara (pensando inocentemente que el casete nunca pasaría de moda) y también
se usaba un lapicero “Bic” para regresar o adelantar las cintas de los casetes
y ahorrarse batería.
Sony,
Memorex, Casio, eran tan solo algunas de
las marcas de casetes vírgenes que se podían comprar para grabar música, y los
más caros eran los llamados “de metal” porque la cinta poseía una mayor calidad
de grabación que los casetes convencionales.
A
veces se rompían, y la gente solía repararlos con un pedazo de cinta Diurex, o
con pegamento, aunque se corría el riesgo de que al regresarlos en una
grabadora pudiera volver a romperse la cinta. Sin embargo, era más fácil pegar
las cintas de los casetes vírgenes porque tenían unos tornillos diminutos en
las orillas y al centro, y de podía abrir el casete para recuperar los extremos
y unirlos.
No así
la mayoría de los casetes originales de música, que no tenían tornillos.
Los
casetes desplazaron a los discos de vinil. Poco a poco, los LPs fueron
desapareciendo de los anaqueles de las tiendas de música, como la que estaba en
el tercer piso de la tienda Del Sol, en la calle Hidalgo. Pero, antes de que
muriera la década de los ochenta, el disco compacto ingresó al mercado y
comenzó a desplazar a los casetes.
Pero
esa es otra historia.
Hoy se cumplen 60
años de la invención del casete.